Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA lamentaron ayer el fallecimiento de un pastor en la provincia de Zaragoza, tras la crecida del río Grío, y pidieron medidas urgentes a escala nacional para limpiar los cauces y evitar o aminorar los daños por las inundaciones. Las crecidas ponen de manifiesto la necesidad de planes nacionales, de una mayor limpieza en los cauces y de una mejora en las infraestructuras, advierten. En términos generales, las lluvias son beneficiosas para la agricultura, pero las precipitaciones de los últimos días han provocado daños en zonas de Guipúzcoa, Rioja, Aragón o Navarra, según declararon fuentes de Asaja. Sin embargo, en Murcia, Alicante, Valencia o incluso Teruel sigue habiendo deficiencias de agua. La organización agraria considera que el problema de las crecidas no es nuevo y hace falta «limpiar con regularidad» cauces como el del Ebro, porque si no, se estrechará cada vez más.

Del lado positivo, Asaja añadió que la abundancia de lluvias ha «aliviado» a gran parte del campo español. Por su parte, la organización UAGA-COAG reclamó que las inundaciones por la crecida del Ebro sean consideradas un «desastre natural» que se reproduce año tras año y que exige la adopción de medidas urgentes. La crecida, según COAG, ha anegado miles de hectáreas de cultivos, ha provocado desalojos de viviendas y granjas, cortes de tráfico o derrumbamientos, y hace prever gastos «cuantiosos» en la reparación de la estructura de las parcelas (nivelaciones). El sindicato UPA aseguró, por su parte, que los desbordamientos pasan «demasiadas veces y en los mismos sitios», por lo que es «urgente» e «imperiosa» la aprobación de un plan nacional de limpieza de los cauces de los ríos de toda España. EFE.