La borrasca Gabriel, formada por un proceso de ciclogénesis explosiva, y que alcanzó la madrugada de ayer la costa cantábrica, con vientos huracanados de más de 120 kilómetros por hora y fuerte oleaje, con picos de hasta 8 metros de altura, comenzó a desplazarse a lo largo de la jornada hacia el interior de Europa. Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la racha máxima de viento se alcanzó enla estación meteorológica de Estaca de Bares (A Coruña), con 146 kilómetros por hora, seguida de Cabo Busto (Asturias), de 121 kilómetros por hora, y de La Pobla de Benifassà-Fredes (Castellón), de 118 kilómetros.

Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, explicó que los 146 kilómetros por hora alcanzados en Estaca de Bares fue un dato «serio» que no hay que menospreciar, pues a partir de 120 kilómetros por hora “ya se considera una racha huracanada». Ante esta situación y la previsión de fuerte oleaje hasta hoy, Protección Civil y Emergencias pidieron a la población «no poner en riesgo la vida» ante la posibilidad de captar imágenes y fotografías espectaculares y no pasear cerca de zonas del litoral y expuestas al viento o de edificaciones y estructuras arquitectónicas susceptibles de desprendimientos. En Galicia, el servicio de Emergencias de la Xunta aconsejó evitar actividades pesqueras y marisqueras y tener especial precaución en instalaciones portuarias y marítimas.