El Cristo de la Agonía fue anoche por las calles de Córdoba, el icono de todas las agonías de la tierra, recordándonos el hiriente pensamiento de Pascal: «Cristo está en agonía, hasta el fin del mundo. No hay que dejarle solo en este tiempo. No se puede dormir en esta hora». Agoniza allí donde haya un ser humano que lucha con la tristeza, el pavor, la angustia, en una situación sin salida como Él aquel día. No podemos hacer nada por el Jesús agonizante de entonces, pero podemos hacer algo por el Jesús que agoniza hoy. ¡Cuántos huertos de los olivos, cuántos Getsemaní en el corazón de nuestras ciudades! No dejemos solos a los que están dentro. Martes Santo en Córdoba: Noche de Cristos y lacerantes agonías.