Aunque se lo diga, ya no lo encontrarán porque han pegado la piedra y como si no hubiera pasado nada. Si se fijan bien verán la pega y sin fijarse verán que rara es la piedra que no le falta un pedazo o está manchada de goma o de aceite y de vez en cuando una totalmente negra después de haberle caído encima todo el aceite de un coche reventado. Esto está al final de la Avenida Escritor Conde Zamora, bueno se llama calle y no avenida, pero es enormemente larga y ancha: tiene 4 carriles y va desde carretera del Aeropuerto hasta carretera de Palma. Aquí los accidentes ocurren casi a diario. En muchos, interviene la policía pero de otros el Ayuntamiento ni se entera: el automovilista llama a la grúa, retira su vehículo con las ruedas y bajos reventados y ya está. De vez en cuando se ven hasta tres piedras arrancadas o partidas como esta de la foto y luego las colocan y limpian y a esperar que caiga el siguiente. Escandaloso la cantidad de coches siniestro total que van desde que pusieron estos peñascos y ruedas reventadas ni se sabe. Soy ciclista y me dan tanto miedo estos peñascos cuando voy con la bici como cuando voy en coche.

Cristóbal Pérez Montero

Córdoba