Mañana termina el plazo de programas, promesas y fotos para toparnos con la realidad tras el 26 de mayo. Entonces, hay que estar preparados para gobernar, pactar y gestionar los proyectos iniciados y otros por venir. Pudiera ser que aquello que hoy se critica con vehemencia mañana se imponga la realidad de asumirlo con naturalidad.

Los actuales equipos de gobierno han iniciado muchos equipamientos y proyectos sociales que pronto deben concluirse. Ya hemos vivido y escuchado, hace cuatro años, declaraciones gruesas y desafortunadas que luego se echan al olvido, desde recogidas de firmas para no sé qué y plataformas para no se sabe dónde.

En Palma del Río se iniciaron en 2018 las obras del hospital comarcal en un clima extraño, pues, quizás la cercanía de las elecciones descolocó a muchos negando como Pedro, por tres veces: jamás habrá un hospital, es preferible reformar y ampliar el centro de salud, y otras perlas. Pero el hospital se logró y desde entonces todos los ciudadanos de la comarca estamos exultantes de alegría. Confiamos en su puesta integral de servicios.

El convento de Santa Clara fue comprado por el Ayuntamiento al Obispado. El hermoso edificio pasó al patrimonio histórico artístico propiedad de la ciudad, restaurado por más de 250 jóvenes en las escuelas taller, aprendiendo un oficio. Santa Clara será el museo Victorio y Lucchino del diseño y moda andaluces. Quienes lo han visto afirman que no hay otro en toda España. El consenso logró las dos grandes operaciones. Y habrá que ponerlo en marcha pronto.

La obra inconclusa de una nueva iglesia permitió al Ayuntamiento y Obispado liquidar ese proyecto en pro de una próxima biblioteca municipal pública. Está a medio hacer, y la iniciativa fue recibida con unanimidad de los regidores. Y el centro para personas con disfunción intelectual será operativo en días. Y así una larga lista de realidades que serán más tangibles después del 26 de mayo. Por favor, díganlo alto y claro.

* Historiador y periodista