Eso es lo que oímos los miles de estudiantes graduados en Estudios Ingleses cuando vamos a entregar el currículum o a hacer una entrevista a una academia en la cual la formación se considera secundaria.

Esto se debe a que hay una idea extendida de que los profesores nativos son mejores profesores por su lugar de procedencia, sin embargo, eso no implica ser profesionales que han dedicado cuatro años de su vida a estudiar los mecanismos de la lengua inglesa.

Esta idea no solo queda en casa, es más, viene promulgada por los propios partidos políticos, los cuales estiman oportuno reivindicar un «sistema público educativo bilingüe, con los mejores profesores nativos». Todas estas afirmaciones solo llevan a un agotamiento del profesorado español con mucha formación, que se ve obligado a vivir en una situación de pluriempleo para adquirir un salario mínimo. Este escenario hace que el personal docente, que ha pasado casi la mitad de una vida en formarse pedagógicamente y conoce los problemas a los que se enfrentan los estudiantes hispanoparlantes, esté en las manos de los empresarios que defienden una educación sin formación lingüística ni pedagógica, creando una diferencia de estatus que desmoraliza a aquellos profesores no nativos que quieran dedicarse a la enseñanza de idiomas.

Esta idea viene disfrazada en estos tiempos de carnaval de ignorancia por parte de los alumnos y sus propios padres, siendo ellos responsables de esta situación de precariedad y paro de los profesores españoles con formación y experiencia. Estos demandan la mejor educación para sus hijos, presionando a los dueños de las Centros de Idiomas e instituciones de enseñanza a contratar a nativos con el fin de que estos padres queden tranquilos de que sus hijos estarán acompañados durante las clases por un nativo con un nivel de idioma a la altura de la mismísima Isabel II del Reino Unido.

Por ello, conviene aclarar a qué se dedica un graduado en Estudios Ingleses. ¿Un qué?, resuena en mi cabeza la pregunta que me suelen hacer las personas cuando digo mi titulación, y yo contesto con un «Filología Inglesa», y ya la respuesta es de un «¡aaaaaah!». Un filólogo, como su propio nombre indica, se trata de una persona «amante de las palabras» (Philos = amor) y (Logos = palabra). En cuanto a las materias que se imparten en esta carrera, se dividen en dos ramas principalmente: la lingüística y la literatura, las cuales proporcionan al estudiante un bagaje de conocimiento de la cultura inglesa sin igual.

Por tanto, estos profesionales de la lengua inglesa, entre los que me incluyo, tienen un conocimiento suficiente para conocer el funcionamiento interno del inglés para enseñarlo en las aulas. Por supuesto, no se trata de cerrar el paso a los profesores nativos, sino considerar que no solo por ser nativo esto los convierte en buenos docentes, el acento no lo es todo, es más importante tener una buena formación y dominar herramientas didácticas en un mundo educativo donde no existe un único perfil docente válido. Al final todo se reduce al interés que el profesor tenga en enseñar una lengua, no de la nacionalidad que indique su pasaporte.

* Graduada en Estudios Ingleses y alumna del Doble Máster en Estudios Ingleses Avanzados y Profesorado