El día del padre, el día de la madre, el día de los enamorados... Siempre se ha comentado, que estos días son, en realidad, el día de El Corte Inglés. Pues este año, el día de la madre ha sido al 100% Corte Inglés. Todo el mundo ha hablado de ellos. Analicemos la campaña. Sale un póster con una mujer y un texto que dice: «97% entregada, 3% egoísta 0% quejas. 100% madre» . Me voy a centrar en el porcentaje de las quejas. Igual solo es la mía o la madre de todos los amigos y conocidos que me rodean, pero todos tenemos claro que el porcentaje de quejas tendría que subir como mínimo al 50%. Una madre que no se queja no es una madre.

La mía empieza quejándose el día de la madre si la felicito. No le gusta nada. Dice que «el día de la madre» se tiene que celebrar todos los días. Luego, hay una amplia lista de frases míticas que se pueden poner en boca de todas las madres del mundo. «Un día de estos cojo la puerta y no me veis más», «me tenéis harta», «esto no es una pensión», «¿os creéis que soy el Banco de España?», «ni mucho ni mucha», «no sabéis hacer nada», «no me he sentado en todo el día», «¿a qué voy yo y lo encuentro?»... Y así hasta el infinito y más allá.

Incluso existe un hashtag en Twitter que se llama #frasesdemamá que no tiene desperdicio. ¿Que las madres buenas no se quejan? Las buenas son precisamente las que se quejan. Y no solamente se quejan. También tiran cosas. Zapatillas o lo que encuentren. Recuerdo con cariño y mucha risa a mi madre persiguiéndome alrededor de una mesa de mármol enorme, gritando como una loca. Porque esta es otra. Las madres buenas gritan. No son sumisas y silenciosas. Las buenas leonas enseñan los dientes. Se acuerdan de aquella frase de «¿quieres ver cómo al final cobras?». Al final nunca cobrabas en serio, pero la zapatilla voladora te pasaba rozando. Si seguimos así, dentro de poco El cuento de la criada va a parecer un fiesta feminista.

* Periodista