Si hubo un comentario que no dejé de escuchar ayer, durante mi recorrido por las cruces, tuvo que ver con el calor, que a muchos pilló con la ropa de verano aún en los altillos, aunque también se escuchó

aquello de «hasta el 40 de mayo no te quites el sayo». Como siempre, hay opiniones para todos

los gustos, pero a mí me sobró el saquito.