Las noches electorales son largas y hay que proveerse de comida para superarlas. La primera impresión que se recibía al llegar al lugar donde Vox esperaba los resultados era esperanzadora, pues un cortador de jamón se aplicaba en su trabajo. Pero no fueron pocos los que se quedaron con las ganas, al comprobar que el manjar salía a 10 euros el plato.