Algunos españolitos andarán asustados por las amenazas de los militares británicos y de ese antiguo líder conservador llamado Michael Howard cuando hablaron de guerra para defender Gibraltar y compararon la situación con la de Las Malvinas. El ejército argentino tomó ese lugar por las bravas y le dieron una excusa magnífica a la Thatcher para atacar, ayudada por los estadounidenses, para demostrar que a ella nadie le «tosía». El único que fue capaz de estornudarle encima fue Deng Xiaoping cuando Gran Bretaña intentó resistirse a dejar Hong Kong. Pero éste le señaló el teléfono y le dijo: «Señora, bastaría que diera una orden por este teléfono para que los tanques que rodean a esa ciudad china la tomen, antes de que usted y yo terminemos esta conversación». Hasta ahí llegó el coraje y la prepotencia de un país acostumbrado a explotar y expoliar territorios en todos los continentes de la tierra. Ahora la propia Theresa May ha tenido que esbozar una sonrisita para que viera la prensa que tomaba a broma los aires de guerra de los toris. ¡Perdieron la cabeza, militares populistas fanfarrones! No existe posibilidad bélica alguna de que dos países de la OTAN se enfrenten, salvo que desaparezca la organización. Aunque puede producirse alguna escaramuza por cuestiones de las aguas territoriales. Todo esto le ha dado alas a Rajoy y a su gobierno para reivindicar la soberanía o para distraer a los españoles de los problemas derivados de la corrupción.

Es ridículo, se pelea por un territorio estratégico de 6,7 kilómetros cuadrados. Estamos, pues, ante un caso distinto al de Las Malvinas. Aquí lo único que ocurre es que la colonia de Gibraltar, en la que viven 33.000 personas, que hacen más ruido que los separatistas catalanes, se juega su futuro, pues tiene dadas de alta en el minúsculo territorio a muchos miles de empresas, y, al parecer, cada uno de esos ciudadanos consume al año 10.000 cajetillas de tabaco (¡cómo estarán esos pulmones!), dicen que hay mucho tráfico de drogas y es un paraíso fiscal de primer orden. Y otra cosa, es el cuarto lugar del mundo con más alta renta per cápita. Es normal que los llanitos no quieran perder su estatus. ¡Viven como Dios! Como hay que echarle la culpa de esto a alguien, que se la echen a Franco porque cerró la verja durante algunos años y los llanitos le tomaron odio a los españoles, porque muchas familias compuestas de ingleses y españolas o de llanitos y españolas, se vieron aisladas y separadas de sus padres y hermanos de La Línea y zonas limítrofes a raíz del cierre fronterizo. Ahí nació ese odio visceral hacia lo español. Pero en los últimos años el gibraltareño tiene vocación por lo europeo y ahora llora de amargura porque el Reino Unido se va y salir de ese estatus le va a costar muchos millones de euros.

Y es eso, que la UE le ha dicho a May que a partir de ahora su colonia ya quedará fuera de la Unión y todo lo relacionado con las ventajas de ésta tendrá que negociarlo con España. Si el territorio fuera español los gibraltareños podrían moverse a sus anchas en la UE, pero a partir del 2019 ya se acabaron los chollos. Esto le permitiría a España cerrar la verja de nuevo, aunque no creo, porque se perderían muchos puestos de trabajo. Pero la diferencia no existe entre Gibraltar y Hong Kong. Bueno, sí, los británicos miran a los españoles por este asunto con desprecio y a los chinos los miran con miedo.

Por cierto, el idioma español se deteriora a pasos agigantados, por eso Miguel Ángel Moratinos y Rodríguez Zapatero tuvieron la feliz idea, siendo directora Carmen Barcell, de montar allí un Instituto Cervantes, que triunfó desde los primeros días, aunque llegó Margallo y la apisonadora insensible de Rajoy y lo eliminó como el que siega un campo de flores.

Por otra parte, sostienen los que no saben nada de historia que El Peñón lleva más tiempo en manos de Reino Unido (lo cedieron en 1713 y Castilla se lo quitó a los musulmanes en 1462) que de España, como si los árabes que estuvieron en España desde 711 hasta el siglo XV no fueran españoles. ¿Los españoles acaso eran solo los castellanos, aragoneses y leoneses? Los árabes eran tan españoles como los demás reinos. Esa es la parte del nacional catolicismo que heredamos de Franco.

Volviendo a la realidad, España ni puede ni debe enfrentarse de manera alguna con sus aliados del Reino Unido, sino que debe sentarse y dialogar. Ambos países están condenados a entenderse. Gibraltar se cierra tradicionalmente a los españoles y solo quiere ser británico, pero lo que no se puede es ser británico y estar en la UE, pues esa cuadratura del círculo no es posible. España es un reino democrático, ya no existe Franco, todo ha cambiado. Por cierto, los republicanos españoles también reivindicaron Gibraltar. Y ahora es posible o que lleguen a un acuerdo y Reino Unido devuelva a España su soberanía o que se lleve a cabo una soberanía compartida, en la que Gibraltar sea una comunidad autónoma, con unos estatutos especiales y pueda estar en la UE. Aunque eso ya solo puede ocurrir si España quiere. Algunos se frotarán las manos y otros se comen los puños de rabia y por eso hablan de batallas navales.

* Escritor y periodista