Vuelve de nuevo la importancia de la geopolítica en las relaciones internacionales en el mundo globalizado. Tim Marshall, periodista de The Guardian y reportero de la BBC ha puesto en primer plano, a través de sus obras, los desafíos que plantea la geografía en nuestros días, así como los condicionantes que impone en un mundo que siempre ha sido inestable y el futuro por naturaleza también impredecible. Sus análisis se fundamentan en una serie de vectores a tener en cuenta a la hora de describir el estado del orden mundial, como son el ser o no una potencia marítima, las rutas marítimas a las que tienen acceso los diferentes países, si tienen ríos navegables, las riquezas naturales, el agua entendida como un bien supremo, y el peso demográfico, entre otros muchos factores.

Empecemos por España y Europa occidental. Nuestro país es un lugar que sufre por la geografía, el norte los Pirineos que nos aislaban del continente, el rigor del clima en el sur. en una Europa que se nos presenta con una geografía abierta al Atlántico y al Mediterráneo. Un territorio con ríos navegables hechos para el comercio, sin desiertos ni tierras heladas, ni tierras deshabitadas. Con unas nuevas generaciones que han crecido con la paz como norma y a las que les costaría imaginar lo contrario. La épica de los jóvenes de hoy sería construir la Casa Europa, un espacio habitable donde primen los derechos de ciudadanía y la cultura que nos une. Una Europa, donde Alemania es líder junto a Francia, Italia y España. En segundo lugar, el papel de Estados Unidos. Lejos del declive, y a pesar de su actual gobernante, es el país más exitoso del planeta, con autosuficiencia energética, dotado de una gran flota de buques de guerra que ejerce su poder en las rutas marítimas globales. Líder de la OTAN, es el poder militar de Occidente. Que gira hacia una China en auge, que no busca extender el comunismo, sino proveerse de petróleo, gas y materias primas de Africa y América Latina. EEUU, gran potencia de mar a mar, entre dos océanos, donde Florida es clave como lugar de vigilancia al golfo de México, de cualquier amenaza externa.

América Latina el continente de la esperanza, según Neruda. Con más de 20 países al Sur del Rio Grande, de más de 600 millones de personas. México es la potencia regional en Centroamérica, de geografía estrecha que aporta el canal de Panamá y el futuro de Nicaragua. Continúa bajo la doctrina Monroe, cortejada ayer por Rusia y hoy por China. A continuación analiza Rusia y China, los dos gigantes que hunden sus raíces en el comunismo, pero que en ambos casos han virado hacia un capitalismo de Estado. La Rusia de Putin que pasó a la acción en Ucrania para tener acceso al mar Mediterráneo y que en los puertos del ártico encuentra la oposición de Islandia, Groenlandia y Gran Bretaña en el acceso de las rutas marítimas para el Atlántico. Con un territorio enorme como es Siberia con gigantescos yacimientos de petróleo, gas y riquezas minerales.

Y finalmente, la potencia emergente que es la China postMao, que más que una nación es una civilización. Históricamente ha jugado un papel de potencia terrestre, más que marítima, que es su proyecto estrella para el siglo XXI, capaz de crear el Gran Canal de Pekín a Shanhai que le permite trasladar sus productos de Norte a Sur a través de la Gran Llanura central, que permiten alimentar a una población de más de mil millones de personas. A través de la geografía del miedo, se anexionó el Tíbet, que es la gran fuente de agua del país, con el pretexto que si no lo hacía, sería de India. La modernización en términos industriales ha generado una contaminación gigantesca de los grandes ríos chinos. Una democracia liberal para China generaría conflictos graves, lo que imposibilita una cultura de los derechos humanos con un partido comunista militarizado. En conclusión, con estos ejemplos vemos cómo la geografía ha resultado ser un factor decisivo en el curso de la historia de la Humanidad que no puede ser ignorada por los políticos y por la ciudadanía.

* Profesor