Todo parece que el Ayuntamiento y por tanto la ciudad de Córdoba, tras casi veinticinco años de gestiones, va a conseguir por fin la propiedad de las Caballerizas Reales. Los trámites que restan por solventar para su incorporación al patrimonio municipal de este emblemático edificio se ofrecen factibles y de inminente solución, al menos así se desprende de las declaraciones de los responsables municipales. Personalmente apruebo la gestión de la actual corporación local sobre el hecho de adquirir para la ciudad el edificio de las Caballerizas, un complejo monumental de casi quinientos años cargado de una extensa historia ecuestre.

Las Caballerizas Reales son un conjunto arquitectónico encuadrado en pleno recinto monumental de Córdoba que han alojado en sus cuadras a partir de 1570 los caballos padres de la Yeguada Real creada por Felipe II así como sus correspondientes órganos de gobierno, y luego durante más de siglo y medio (1841-1995) acogió en sus instalaciones a un importante Depósito de Sementales del Estado. La existencia en este complejo de una cuadra monumental del siglo XVI y un bello picadero con reminiscencia de Eiffel del siglo XIX, le han valido al edificio entre los aficionados la catalogación de «catedral del caballo». Además, las Caballerizas son mundialmente famosas por haberse fraguado en sus cuadras entre 1567 y 1598 «el caballo andaluz -caballo español-» una de las razas más emblemáticas de todos los tiempos. El hecho de haber generado en las dehesas y cuadras cordobesas el caballo andaluz, ha supuesto para muchos el hito más trascendente de la Córdoba de Época Moderna.

Las Caballerizas Reales constan de un núcleo central y emblemático de 30.971 m² de construcciones y cuentan además con un terreno anexo, la huerta, de 24.475m². Todo ello compone un conjunto arquitectónico singular vinculado al mundo del caballo, que además en la actualidad se ha erigido como un foco turístico y cultural de importancia mundial. La carga histórica ecuestre desarrollada durante casi quinientos años en este complejo; la constatada tradición cultural del caballo en Córdoba y Andalucía, y el acervo científico en esta materia de la Universidad de Córdoba, hacen de Caballerizas Reales de Córdoba un complejo ecuestre emblemático que nos puede permitir sacar partido por su singularidad para el bien de Córdoba y los cordobeses.

Pues bien, en estas condiciones Córdoba y en especial los aficionados cordobeses del mundo del caballo tenemos puestas enormes expectativas en las Caballerizas a las que se pretenden llenar de contenido ecuestre, generando, con ello, definitivamente un proyecto monográfico ilusionante. Para que este proyecto tenga éxito, lo principal será, como se viene haciendo los últimos años, alojar caballos en las Caballerizas, así como acoger las actividades ecuestres que se programen. Por sugerir algunas de las acciones a realizar, podemos apuntar el conformar una escuela de equitación al máximo nivel que al margen de su carácter formativo nos permitirá ofrecer al público espectáculos de estampas y alardes ecuestres; un museo temático permanente de carruajes, vestimentas y arneses ecuestres, así como la inclusión de audiovisuales que posibiliten contar de forma gráfica entre otras la historia vivida en las Caballerizas y Yeguada Real de Córdoba; tal vez también pueda tener cabida una biblioteca sobre el caballo, y en fin que en sus oficinas se instale una clase dirigente que conduzca como locomotora al sector ecuestre local y provincial.

Ah! respecto a lo que desde hace años se viene haciendo en Córdoba entorno al caballo, me parece oportuno felicitar todas las iniciativas hasta ahora realizadas. En este sentido, solo me resta solicitar de los aficionados cordobeses del caballo, incluyendo a los componentes de Córdoba Ecuestre, evitar enfrentamientos y desaires entre ellos, y que en esta nueva etapa se propicie allanar el camino a los aficionados ecuestres que trabajen o quieran trabajar por el caballo en Córdoba, intentando lograr que todos se sientan participes e implicados para tirar de un mismo carro. Con esta intención de solventar posibles crispaciones personales, tal vez sería operativo homenajear a los que hasta ahora vienen ocupándose de estos objetivos y solicitar a ellos sean generosos para dar cabida a nuevos elementos, entre los cuales me consta existen muy buenos aficionados. Todo ello proporcionará, sin duda, los mayores éxitos y logros en la Córdoba ecuestre. Así pues, la adquisición de las Caballerizas Reales es una buena noticia para la ciudad, pues bajo la responsabilidad y gobierno de la corporación municipal, se han de desarrollar, en este complejo singular, futuras actividades ecuestres capaces de producir un gran acicate de progreso entorno al caballo, ocasionando un importante foco de actividad económica y cultural que genere riqueza a Córdoba y a los cordobeses.