Ya han pasado Nochebuena y Navidad. Se pueden poner un broche los de «salvemos la Navidad»: han comenzado marcando un tanto, aunque no sabemos si las reuniones familiares (ay, la vuelta a casa que tanto necesitábamos y los abrazos, con mascarillas o no) habrán cumplido las máximas estipuladas por el Gobierno central y los autonómicos. El caso es que ya hemos cenado y hemos comido y los turrones, bombones, brindis, «dame el aguinaldo, carita de rosa», villancicos, panderetas... Y, tranquilas, que habrá más (Nochevieja, Año Nuevo, los Reyes...) si os habéis comportado con responsabilidad.

Ahora bien, ¿os habéis planteado si los que estaban sentados a la mesa eran vuestros familiares «de verdad»? No me refiero a lo que ha quedado de todas nosotras en este año tan traumático, sino a las que han interpretando un papel sentadas a vuestra propia mesa. ¿Absortas? ¿No entendéis a qué me refiero?

Bien, seré clara: el dolor crónico, físico o mental, no entiende de calendarios. Al cuerpo le da igual que sea Navidad o no, porque él manda a todos los niveles. Este año ha habido muchas pacientes crónicas que no han podido sentarse a vuestras mesas porque han sido las olvidadas con lo del covid y han empeorado y las que lo han hecho han dado paso a una representación estupenda para que no os diéseis cuenta (o quizás tan solo un poco, que las madres siempre saben leer los ojos de sus hijas).

Han acudido incluso con ganas a la cena y a la comida, pero no tenían ganas de comer ni estaban cómodas. El viaje «a casa» las ha dejado aún más rotas, porque estaban llenas de dolor y lo que querían de verdad, aunque para vosotras hubiera sido o haya sido un trauma enorme, era quedarse en sus propias camas, atiborradas a pastillas, sin saber nada de nadie y esperando que el mundo les pasara por encima sin rozarlas. El dolor es soledad y aislamiento, por mucho que un abrazo de papá o mamá haga las veces de probiótico. ¿Os habíais planteado si esta fecha, así por convención social, era la mejor para ellas para volver a casa? O si simplemente se han limitado a interpretar el papel que les correspondía y han actuado para que no lo notéis y no dañaros más.

* Escritora y periodista