La discreción se caracteriza porque huye de los altavoces. La megafonía queda para los bocazas, que tienen la boca inversamente proporcional al tamaño del área de Broca, que es la sección del cerebro humano involucrada con la producción del lenguaje y está ubicada en la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo, en las secciones opercular y triangular. Esto, como es natural, lo he sacado de la Wikipedia, que es un lugar al que los bocazas debieran de acudir antes de abrir el agujero donde se aloja la húmeda. Si la discreción se caracteriza por eludir los altavoces, la formación, la cultura y la educación son el cálido alojamiento de la razón y de las razones. En estas últimas semanas, donde el bocacerío patrio se ha desmelenado desde el Parlamento hasta el Parlament, pasando por la cárcel esa, nos ha vuelto a tocar la china. Bocachanclas de toda tendencia vuelven a decir sus cositas sobre la gente de aquí abajo, abajo, como escribió Mario Benedetti, cuando lo que deberían hacer estos imbéciles es lavarse la boca antes de nombrar Andalucía. Puede que sea cierto que los niños andaluces no estudien lo mismo que otros, que para eso pagamos a Europa, para que saque informes y estadísticas, pero he visto en nuestras escuelas la chispa de la inteligencia en el fondo de montones de pares de negras pupilas, he visto el sudor y el cansancio de maestros que no reparan en echar horas y horas en formar, en coordinar y en formarse, y he visto razonamientos más ágiles, sensatos e inteligentes en críos de esta tierra que los que nos escupe a diario la tele por la boca de quienes menosprecian a nuestra gente. De tan listillos que son han olvidado que la estadística siempre miente porque oculta más de lo que muestra, que el dinero y unos currículos abultados no compran la sabiduría --como demuestra el propio ejemplo de los canallas que esgrimen estos argumentos-- y que el aprendizaje, la educación y la cultura no solo se encuentra encerrada en los libros, por mucho que estos sean el mayor tesoro que ha sido capaz de generar nuestra especie. No se lo vamos a explicar, sería como hablarle del viento al fondo del mar.

* Profesor

@ADiazvillasenor