Reconozco que acudía a la sala de cine con cierta inquietud interior, ajena a esa breve expectación y complacencia que te acompaña cuando asistes una tarde de cine a la proyección de una película. Porque no era una película lo que iba a visionar, no había efectos especiales, ni ficción, ni estrellas protagonistas, sino una entrevista que vio la luz en el festival de Málaga y desde hace unos días se puede compartir en pantalla grande. Realizada, además, a un músico muy enfermo, en fase terminal, que fallecería días después de hacerla y quiso dejarla como legado. Sobrecogía ver al Pau Donés de los conciertos multitudinarios y la vitalidad de los escenarios, al desnudo de un cuerpo maltratado por la enfermedad, asido a una sonda que lo alimentaba.

¿Qué preguntar en tal situación?, señalaba el periodista Jordi Évole. Pero el compositor hablaba como siempre, directo y con pasión, mostrando el ser humano que está dentro y por encima del artista. Desgranando y afrontando con naturalidad una situación que a todos nos acompaña más cerca o más lejos, aunque muchas veces prefiramos ignorarla. Impone ver a quien es consciente de que está dando su última entrevista, manifestar con convicción profunda que no le interesa la muerte, sino la vida. Vivir es urgente. No está nada mal, cuando nos enfrentamos a diario a tantos mensajes y realidades que nos capturan y envuelven, que nos envenenan poco a poco por dentro las ilusiones y los afanes, que nos matan los proyectos y las esperanzas. La vida no te pone trabas, sino retos. Y esto lo dice una persona que perdió a su madre de joven, que abandonó su puesto de trabajo y su carrera profesional para dedicarse a su pasión musical. Una cosa es hablar del vuelo, y otra lanzarse al vacío como hizo el compositor de La Flaca, Depende, Bonito y tantos y grandes éxitos.

No tengo miedo a la muerte, insistía Donés, porque el miedo nos atenaza y paraliza. Sin duda, en aquel estado vulnerable, el vocalista de Jarabe de Palo, que hubiese cumplido los 54 años esta semana, estaba más vivo que muchos de los espectadores presentes. «No odiéis. Si hay algo que no te gusta, déjalo de lado. No nos odiemos, el odio lleva a las peleas», proclama este profético barcelonés ante el disparate de una sociedad frentista, que toma por enemigo a todo lo que es y piensa diferente.

Entre tanta bancarrota moral que nos asiste a diario, entre tanta inmundicia con la que nos toca convivir y el hedor que todo lo contamina, la entrevista fue todo un balón de oxígeno, un chute a la vida, una apuesta por el valor de las cosas sencillas, por la familia, por la educación de los hijos, por el amor, por la honestidad con uno mismo. No es de extrañar que la proyección esté en el pódium de taquilla de esta temporada. Necesitamos lecciones como esta, y mejor testigos veraces, para aprender que la vida es solo una y solo ahora. Noble empresa con una recaudación destinada a la lucha contra el cáncer. En esta postal singular tomada desde las alturas del Valle de Arán, Pau Donés, desde una fragilidad aparente, nos hizo este inmenso regalo de proyectarnos a nosotros mismos de corazón a corazón, y se despidió con un «gracias» enorme y una sonrisa eterna, para que nos demos cuenta, al fin, de que eso que tú me das es mucho más de lo que pido.