El raid de Sierra Morena organizado por el Club Hípico de Córdoba, que gano Francisco Castejón con su caballo Ohio, me trajo el recuerdo de una experiencia periodística inolvidable. Fue a finales de los años 50 del siglo pasado durante mis inicios profesionales en el Diario Pueblo. Participé como enviado especial en el raid hípico Lisboa-Madrid a lo largo de varias etapas. Creo recordar que el ganador fue Gamero Cívico de Sevilla en dura competencia con jinetes españoles, cordobeses y portugueses incluidos. Participó también la esposa del embajador norteamericano en Madrid, Davis Lodge. Desde entonces el caballo representa para mi más que un simple animal. Sobre todo después de haber leído el libro de Julio Merino, Los caballos de la Historia. Como dice el autor, «la Historia de la Humanidad es también la historia del caballo, el animal más bello de la creación». Se merece ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cuyos trámites han sido iniciados por el Gobierno. Aunque realmente fue Córdoba Ecuestre quien primero lo propuso. Se trata del caballo de pura raza española al que tanto ha contribuido históricamente Córdoba. Hay que promocionar lo nuestro, el arte ecuestre, que ya está bien de formulas 1 domingueras a base de «caballos» ruidosos.”.¡Ay ese relincho! Parece como si el caballo quisiera agradecerle a su jinete lo bien que lo troca. Consiste en llevarlo de una mano para otra. Del cruce del caballo europeo con el berebere y más tarde con el caballo árabe, surgió el caballo de pura raza. Elegante, con su cuello de cisne bien enfrenado y campaneando.

* Periodista