Con el panorama político tan amplio e incierto con el que se afrontaban estas elecciones, cualquier resultado era previsible, y el obtenido tras el escrutinio era más que posible. El PSOE ha sido el partido con más votos y escaños, logrando Pedro Sánchez afianzarse en su propio partido desterrando de él a Susana Díaz. El Partido Popular es el gran perdedor, no ha podido mantener la hegemonía de antaño al diluirse entre Ciudadanos y Vox. Unidas Podemos también pierde bastantes escaños, hasta 29, sin embargo sabrá rentabilizar su imagen al presentarse como el socio principal de los socialistas.

Triunfo incompleto de Ciudadanos y de Vox, porque aunque el partido de Rivera sube en representación, al pasar de 32 a 57 escaños, y el de Abascal irrumpe con fuerza en el Congreso al conseguir de primeras 24 escaños, la inesperada bajada de los populares hace imposible reeditar el pacto andaluz a nivel nacional.

Lo más preocupante es que se asientan y suben los partidos independentistas catalanes y vascos, y me temo que el panorama político no será nada tranquilo.

Ahora se abre la temporada de negociaciones y toca explicar las coaliciones y los pactos que se pretendan realizar, y la gran pregunta es: ¿con quién pactará Sánchez? Al no sumar mayoría absoluta PSOE y Unidas Podemos, Sánchez tiene dos opciones; una, tender la mano a Rivera dejándolo en evidencia pues se le echará en cara que puede evitar el pacto con los independentistas, y otra, negociar con los separatistas.

Lo cierto, es que Sánchez hará todo lo posible por gobernar y dependerá de su «persuasión» para atraerse a Rivera, incluso a costa de Pablo Iglesias. Ciudadanos estará así en una situación comprometida y hasta incómoda, porque quizás tenga que desdecirse de su manifestación de que no pactaría con Sánchez, y quien sabe si al final claudique y entre a gobernar con él; pero tendrá que explicarlo muy bien para no perder a su electorado.

Sánchez igual, porque ante la posible negativa de Rivera y su «nunca es nunca» referido a los independentistas, tendrá que expresar muy bien, sin relator alguno, por qué acepta los apoyos de los separatistas catalanes, o de los nacionalistas vascos, donde Bildu suma adeptos, aún en el caso de abstención de ellos en segunda vuelta. Porque dicha abstención, no será en manera alguna gratuita, eso es seguro.

Por ello, a pesar de la victoria del PSOE, esta, y la caída del PP, influyen en el futuro incierto de España. La crispación política y social seguirá en la próxima legislatura. Seguimos perdiendo todos.

* Abogada