En estos días en que Cataluña y sus enredos sentimentales con la madre (o madrastra) patria acaparan la atención de toda España, siguen floreciendo casos de corrupción que, entre tanto ruido mediático, pasan de puntillas. Uno de esos casos que me ha llamado la atención esta semana ha sido el del director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, el abogado José Ignacio Fernández Vera, un salmantino tan amante de su tierra que no podía resistirse a darse rulos por España. Eso sí, el hombre, lejos de conducir, coger un tren o ir en patinete, se dedicaba a alquilar coches de alta gama a la empresa Grupo 3 Taxis, poseedora de una flota de vehículos Audi y Mercedes que le llevaban a su destino con chófer privado incorporado. En dos años llegó a desembolsar casi 25.000 euros en desplazamientos por la península. Por muy cara que sea la gasolina, hay que echarle imaginación para visualizar qué clase de servicio de ida y vuelta el mismo día Madrid-Salamanca puede costar hasta 650 euros.

Cuando le pidieron explicaciones por la factuación, dijo que alquilar esos coches le permitía llegar a primera hora a un evento y volver sin pernoctar la noche previa por lo que suponía un ahorro de hotel. Vamos, que el buen hombre lo hacía por ahorrar. Claro que, viendo los coches que alquilaba, a saber qué hotel se le habría ocurrido elegir para doblar la oreja.

Lo bueno del caso es que la historia tiene final feliz. Bueno, más que feliz, raro. El señor director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, uno de esos órganos dependientes de un ministerio (en este caso el de Economía), que dicen que se dedica a impulsar la ciencia en España (algunos creen que en España lo que hace falta es invertir en científicos y en investigación), decidió esta semana ¡dimitir «por motivos personales»! Alabado sea el señor. Por más que la dimisión llegue unos diez meses después de que el caso saliera a la luz. Lo que aún está por ver es qué pasará con este hombre una vez dimitido. Yo tengo poca fe. Con suerte (para él), la telenovela de Cataluña dura lo bastante y se nos olvida preguntar. Total, 25.000 euros tampoco es tanto.