En el barrio de Lepanto, en el interior de la autoescuela Cefoco, donde tienen cedida una oficina, trabaja un grupo de personas empeñadas en tender la mano a quienes, pese a que muchos han dado ya la crisis por terminada, siguen pasándolo mal. El trabajo de la Asociación Nacional de Familias Necesitadas (Anfane) tiene su germen en el movimiento 15-M y en la plataforma Stop Desahucios, de la que formaron parte muy activa y que abandonaron, entre otras cosas, por su rechazo a la ocupación de casas vacías, sobre todo, de esas que antes fueron viviendas de familias desalojadas por impago. A la gente de Anfane la conozco de cuando las protestas ante los bancos eran el pan nuestro de cada día. En esa época, Rafael Cidres, presidente de la asociación, se forjó muy mala fama entre las entidades de crédito porque no se bajaba del burro ni a tiros a la hora de negociar un alquiler social o una dación en pago. Sigue igual. Un día, él y otras tres o cuatro personas, todas en paro, decidieron tomar su propio camino y trabajar a su manera, con el propósito de no dejar a nadie en la estacada.

Todos los que allí trabajan han vivido en carne propia el efecto descarnador de la crisis, no hablan de oídas, saben lo que es pasarse la noche en vela pensando que te van a echar de casa. Durante varios años, han trabajado sin horario, sin sede y sin dinero por los desheredados de Córdoba (y de fuera), buscando soluciones donde parecía no haberlas, batiéndose el cobre en los despachos para devolver la esperanza a cientos de familias.

En este tiempo, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchas de las personas que han recibido la ayuda de Anfane, ante desahucios, cláusulas suelo o al quedarse sin trabajo sin medios para pagar la luz. Todos ellos han destacado la humanidad con que les trataron en la asociación, cuya cuota es de 1 euro al mes, y han agradecido que, cuando todo el mundo les cerraba la puerta en las narices, alguien les haya escuchado y acompañado en su trance. Esta semana han celebrado una gala benéfica en el Círculo de la Amistad para seguir ayudando a los que lo necesitan. Ojalá haya sido mucho porque muchos lo agradecerán.