El día primero de mayo, fiesta de los trabajadores y de san José Obrero, el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera ha organizado diversos actos, para ofrecer en ellos el espíritu de esta jornada. Mañana, 30 de abril, una charla-reflexión sobre El trabajo digno nos humaniza, a cargo de Mª José Rodríguez Moreno, socióloga militante de la HOAC en la diócesis de Granada, y a continuación, una eucaristía en la parroquia de san Acisclo (Valdeolleros), finalizando con un rato de fraternal convivencia. «Como Iglesia --afirman el director del Secretariado, Manuel Díaz, y el consiliario de pastoral obrera, Antonio Caballero--, queremos hacer nuestra pequeña aportación desde la fe y la Doctrina Social de la Iglesia a la situación que viven las personas y familias de nuestra diócesis a causa del paro, la precariedad laboral y condiciones de trabajo que no les permiten vivir con la dignidad de hijos de Dios. Como Iglesia, que quiere ser buena noticia en nuestro mundo, nos hacemos presentes y nos posicionamos en contra de aquellas situaciones que atentan contra la dignidad de las personas». En el Manifiesto ante el Primero de Mayo, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) , la JEC (Juventud Estudiante Católica) y la JOC (Juventud Obrera Cristiana), han unido sus voces y fuerzas para celebrar el sentido creador del trabajo, clave para el desarrollo humano, integral y solidario, y para denunciar la falta del trabajo decente para todas y todos en nuestra sociedad. El Manifiesto subraya con fuerza que «nuestro actual sistema económico se apoya en un mercado laboral caracterizado por los elevados índices de desempleo (más de 3,7 millones de parados según la última EPA) y de la temporalidad, la pobreza de muchos trabajadores, la precariedad de las redes de protección social (especialmente en las coberturas por desempleo y la cuantía de las pensiones), los bajos salarios, el incremento de la inseguridad laboral, la reducida representación y participación sindical, y las dificultades para conciliar vida laboral y familiar». Con motivo de la celebración de este primero de mayo, dice más adelante el Manifiesto, «defendemos y reivindicamos, situar a la persona en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo; proteger el derecho al trabajo decente para posibilitar un desarrollo integral de la persona; lograr la igualdad de oportunidades y trato para todos los hombres y todas las mujeres; garantizar que el trabajo permita desarrollar nuestra vocación y sirva para aportar nuestros dones a la construcción de la sociedad desde el bien común; afirmar la seguridad y la salud en nuestro ámbito de trabajo, bajo unas condiciones laborales que no atenten contra la integridad física y psíquica de la persona; promover la conciliación real laboral y familiar, mediante la creación de ritmos y mecanismos que posibiliten el desarrollo integral de la persona en la esfera laboral, familiar, cultural y espiritual». Los movimientos obreros cristianos relazan este 1 de Mayo su clamor y su esperanza: «Somos denuncia profética mientras somos alternativa, y nos acercamos y somos fieles al evangelio si somos testigos de aquello que reivindicamos». Espléndidos mensajes para esta hora.

* Sacerdote y periodista