El técnico Heimir Hallgrimsson podría recrearse en el punto que la selección islandesa sumó ante el combinado de Argentina. El portero Hannes Halldorsson entretenerse con el penalti que detuvo a Leo Messi. Y el centrocampista Rurik Gislason seguir alimentando su perfil en redes sociales tras haber batido el récord de «Me gustas» de su compatriota Björk. Todos ellos comparten, sin embargo, una misma ambición deportiva que no se ha visto colmada tras el primer partido de su historia en un Mundial de fútbol. Los octavos de final del torneo que acoge Rusia son una ilusión realista para el cuadro vikingo, rival este viernes de la escuadra nigeriana en Volgogrado, especialmente tras la derrota ayer de Argentina ante Croacia. En Volgogrado competirán bañados en repelente ante una incesante plaga de mosquitos, pero con la misma energía que animó su suerte ante la selección argentina. El técnico islandés, aun teniendo a Gylfi Sigurdsson -su estrella- fatigado, aseguró que el esfuerzo mereció la pena. «Tener un punto a estas alturas es muy importante porque nos coloca en mejor situación que Nigeria». El bando africano es el único de los cuatro equipos del Grupo D que todavía no ha sumado, tras caer por 2-0 ante Croacia.