Hace varias semanas, se me publicó una carta contando los despropósitos sucedidos en el colegio Eduardo Lucena, en la que contaba que mi hijo había tenido cinco tutoras diferentes. Pues como esta locura educativa parece no tener fin, añadimos una más. Nos comunican ahora que la tutora que designaron en aquel momento está de baja indefinida y como consecuencia volverán a tener a la maestra de refuerzo los 15 días correspondientes que la Delegación de Educación tiene a bien esperar para mandar un sustituto. De modo que sumamos otra tutora a nuestra lista. ¿Esta es la calidad educativa que queremos? ¿Alguien ha pensado lo maravilloso que es tener seis jefes en seis meses, cada uno con sus reglas y sus rutinas? Siento vergüenza del sistema y de la gestión de centros que se realiza a este respecto. ¡Nuestros hijos no son un número!