Un año más se repiten en los titulares: "Resignémonos, Dios lo ha querido" y las fotos de nazarenos cariacontecidos, incluso llorando, al no poder sacar sus imágenes a la calle por la lluvia. El agua, bendita para para casi todo, es objeto de su maldición. Sin embargo, una vez más, se atribuyen aquí a Otro los fallos propios. Porque elegir para celebrar sus ritos la luna llena de abril fue la mejor decisión en una sociedad de pastores y agricultores, que en esos días no podían trabajar. Pero es lo más absurdo hoy, cuando no solo se agua así el merecido descanso de todos, sino que provoca no pocos heridos e incluso muertos, máxime en accidentes de tráfico. Como inteligente fue en su día utilizar el inglés, perdón, el latín, como lengua franca litúrgica, pero muy contraproducente mantenerlo durante más de un milenio cuando ya no lo entendía ni...