Sé que es muy fácil el criticar, cuando parece que tiene uno la razón. pero hay casos como el que voy a describir, que es tan evidente la sinrazón que me permito el someterlo a la consideración de los lectores del periódico.

A ningún mortal le permitiría nuestro querido Ayuntamiento el colocar un elemento arquitectónico que no estuviera conforme con su entorno considerado histórico artístico. Sin embargo, el Ayuntamiento incumpliendo las propias normas, hemos visto en repetidas y continuas ocasiones, y empleando su patente de corso, sí puede hacerlo. Y lo tenemos actualmente en la muralla del Marrubial, donde ninguna persona que no sea ciega puede pasar por alto las canijas y feas farolas que han instalado sobre el acerado aledaño a la muralla. Se pueden considerar «ultramodernas», pero que no pegan con la histórica muralla. Es decir, con alevosía, nos han instalado un material que estaría prohibido para cualquiera de nosotros. ¿Cómo se llamaría a esa actuación?: ¿Cinismo y prevaricación?, sería lo adecuado si mi criterio tiene razón en lo que expone. Las farolas Fernandinas, más artísticas y que estaban colocadas previamente, hubieran sido más adecuadas con el entorno, pero, eso sí, adaptadas para instalar los focos para la iluminación del lienzo de la muralla, o poner los focos independientes.

Si se han empeñado en la colocación de esas farolas, tienen la acera opuesta cuando la remodelen, o bien en la futura mediana, si es que la hay, pues ya se estaría alejado de la muralla.

Exactamente igual decimos para los bancos modernos y simplones que han colocado, cuando hubieran sido más conformes y más artísticos unos bancos de hierro fundido, más elegantes. Esto sigue sin tener remedio hasta que nosotros queramos.