Escribo en nombre de cinco votantes de Vox que, las cosas de la vida, no quieren que aparezcan sus nombres. Sr. Abascal, lo elegimos a Vd. y a su partido porque varias veces hizo saber que eran la renovación de la política. Pasamos por la humillación de no entrar en las negociaciones en Andalucía porque era una formación nueva y con muchos medios en contra, pero han pasado los meses y Vd. ha dejado que nuestros votos siguieran siendo humillados y que valieran menos que los de Ciudadanos. El colmo de esa humillación, por lo que hemos visto en las tomas de posesión, ha sido en Madrid, Zaragoza y varias más en las que vota Vd. a los que le humillan sin siquiera entrar en el equipo de Gobierno, y peor Granada o Palencia donde ha apoyado a Ciudadanos que le ha humillado para que sea ¡nada menos que el alcalde con solo 4 y 3 concejales, respectivamente, de 25 o más! Mire lo que ha dicho García Egea: «hemos defendido el peso que nos han dado los ciudadanos, hemos cumplido con nuestros votantes»; ¿qué diferencia, verdad? Quede Vd. con Dios, Sr. Abascal: para nosotros, aquí se acabó Vox.