Tras el tour británico presentando su libro, Michelle Obama ha vuelto a Estados Unidos para seguir con las presentaciones. El miércoles lo hizo en Nueva York, donde se hizo acompañar por una anfitriona de excepción, la actriz Sarah Jessica Parker. El show y el glamur estaban asegurados. La exprimera dama tenía el listón muy alto, pues la protagonista de Sexo en Nueva York tiene una larga trayectoria como influencer en la moda.

La actriz que encarnó a Carrie Bradshaw durante seis años eligió un espectacular vestido de lentejuelas moradas con unas sandalias tornasoladas a juego. Pero la primera dama de EEUU dejó al auditorio ojiplático con un par de brillantes botas holográficas, doradas e interminables -acababan en la parte alta del muslo- de la colección primavera-verano 2019 Balenciaga de 3.900 dólares (unos 3.500 euros). Completaba el conjunto un vestido camisero dorado a juego con gran abertura delantera y lazada en la cintura. A pesar de su precio prohibitivo, las botas se agotaron en la tienda on line de la firma, tras convertirse en trending topic en Twitter.

La propia abogada explicó durante la conferencia que su atrevido look se debía en parte al buen consejo de su asesora de imagen, Meredith Koop. También recordó su paso por la Casa Blanca, del 20 de enero del 2009 al 20 de enero del 2017 -el mismo lapso de tiempo del que habla en sus memorias-, y cómo en aquella época seleccionaba a los diseñadores que la vestían siguiendo varios factores, desde la diversidad hasta si era buena persona.

Era consciente durante aquella época de la influencia que ejercía en el mundo de la moda, pues vestido que se ponía, modelo que se agotaba en horas. «Por eso decidimos usar esa plataforma para dar a conocer a jóvenes diseñadores que normalmente no recibían ningún tipo de atención. Esta es la razón, por ejemplo, por la que elegimos a Jason Wu para el vestido de inauguración», recordó Michelle.

Ahora que ya no vive en la Casa Blanca, Michelle reconoce que «puede soltarse» más, tal como demuestran sus fabulosas botas glitter. «Ahora soy libre de hacer lo que quiera», le explicó a Parker, agregando que no había que leer ningún mensaje detrás de la elección de las botas. «Simplemente me gustaron», dijo en el Barclays Center en Brooklyn. Becoming (Mi historia) lleva vendidos tres millones de copias.