Tiene guasa que en una rueda de prensa para presentar un evento deportivo la primera pregunta sea de un periodista que le pide a Arnold Schwarzenegger si le puede firmar un póster de cuando hizo Conan el bárbaro en 1982, pero estas cosas pasan. De hecho ocurrió ayer en el Teatro Victoria de Barcelona, donde el bueno de Arny, (71 tacos, sin barba, peluco tremendo y anillo con calavera), se esforzó en dibujar una sonrisa en su rostro y recordar que estaba en Barcelona nuevamente, «ciudad acogedora y con una magnífica arquitectura», para asistir, y dejarse retratar y firmar autógrafos, en el Arnold Classic Europe, que se celebra este fin de semana en los pabellones 6 y 7 de la Fira Gran Vía Barcelona (y a los que el actor de origen austriaco acudirá hoy en metro). Esta es la novena edición y la cuarta vez en Barcelona. Los responsables, sacando pecho, esperan reunir a 50.000 asistentes.

«Cuando empezamos con este evento en Columbus, Ohio, no podía imaginar el vuelo que iba a tomar. Mi obsesión siempre ha sido servir de inspiración, animar a la gente a que haga deporte y lleve un estilo de vida saludable. Lo intenté también durante mis años en la política como gobernador republicano de California», explicó el que fue Mister Olymplia 1974, el mejor culturista del mundo y que le abrió las puertas del cine primero, y de la política después.

Schwarzenegger se levantó para ver en una pantalla gigante las imágenes de la cita del año pasado, en las que él por cierto lucía barba blanca. Se le veía feliz, rodeado de culturistas de élite, rodeado de jóvenes, viendo las clases de fitness, de zumba, de halterofilia, boxeo, de powerlifting y demás disciplinas que se vuelven ver este fin de semana. «Siempre me hablan de grandes ídolos, me preguntan ustedes por Messi o Nadal, pero a mí lo que me interesa es la gente que no busca medallas, que simplemente se levanta y se pone a hacer deporte para mejorar su salud», indicó.

El que fuera gobernador de California del 2003 al 2011 no declinó hablar de cine. «¿Quién está mejor de cuerpo, usted o Sylvester Stallone?, le preguntaron, a lo que respondió. «No he tenido el placer de verle recientemente, pero aprovecho para decir que espero que le vaya muy bien con su última película, Rambo, Last blood (las marquesinas de varias ciudades españolas están empapeladas con su foto, esto es como un regreso a los 80). Sly es un buen productor, director, actor y amigo». Estrategias de Hollywood, pronto le tocará el turno a él, con el estreno, antes de Navidad, de Terminator: Destino oculto. «Ha sido muy satisfactorio volver a reencontrarse con Linda Hamilton, 28 años después», aseguró respecto a la sexta entrega de la franquicia.

La presentación tuvo lugar en el Victoria, el teatro que ha comprado Antonio Díaz, el Mago Pop. El joven, poquita cosa al lado de Arny todo hay decirlo, le tenía reservada una sorpresa: hacerle firmar una placa que le acredita como embajador del teatro y un número con un anillo, pero no el de calavera.