El macizo de las Tres Torres se levanta entre las aldeas de El Tarajal y El Cañuelo. Recibe dicha denominación por las tres atalayas medievales que se levantan a lo largo de su cresta: Torre Alta, Torre Media o de los Pradillos (ya desaparecida) y Torre Bajera. Se trata de un macizo formado a base de dolomías triásicas y calizas jurásicas con margas y margocalizas, plegado en cabalgamiento y formando una unidad orogénica. Tiene forma alargada y se orienta de Noreste a Suroeste, elevándose gradualmente en sentido Noreste (donde se encuentra la Torre Bajera)-Suroeste (con la Torre Alta, que se levanta en el punto más alto del macizo, a 656 metros).

Este macizo de las Tres Torres aparece bordeado en su zona Suroeste por el curso del río Salado, que se ve hermoseado por la frondosa vega de feraces huertas y ricos campos de árboles frutales, así como por el viejo camino de penetración de estas quebradas tierras hacia los alomados campos de la campiña cordobesa, continuamente vigilado y custodiado por una serie de torres medievales y yacimientos arqueológicos, tales como el Cerro de la Cruz y La Llaná de Almedinilla, las Torres del Esparragal, las Tres Torres, las Cabezuelas del Camino del Tarajal, las torres de Barcas, Fuente Alhama y Morchón, para después vadear el Salado y salir a los campos de Luque tras franquear las fortificaciones de El Salobrar y Almanzora.

Las tres torres forman parte de las atalayas construidas en los alrededores de Priego de Córdoba por los nazaritas entre 1332 y 1341, cuando la ciudad estuvo bajo dominio del reino de Granada antes de la definitiva conquista cristiana en la última fecha indicada. Sus características son las propias de estas torres: cilíndricas, construidas con mampostería, con la parte inferior maciza y habitáculo a mediana altura, al que se accedía desde el exterior con la ayuda de una escala o similar. Desde este habitáculo se pasa a la plataforma de señales, donde se transmitían mensajes simples de aviso con la ayuda del fuego o del humo. Según Arjona, formaría parte del núcleo central de fortificaciones donde residían los morabitos que custodiaban la frontera granadina en conexión visual con el castillo de Medina Baguh (Priego).

En una de la curvas de la carretera CO-7204, de El Cañuelo a Fuente Alhama, en el tramo de descenso desde la primera aldea hasta el valle del río Salado, se ha instalado un magnífico mirador desde donde contemplar una panorámica del macizo y sus torres. El Ayuntamiento de Priego de Córdoba y el Museo Histórico Local, con la colaboración de la Diputación de Córdoba, han colocado unos paneles explicativos que nos ayudan a identificar las atalayas que desde allí se divisan.

Vamos a dirigirnos hoy a la torre Bajera, y dejaremos para el próximo capítulo la Torre Alta, que muestra un mayor interés arqueológico. La Bajera es la torre más septentrional del complejo de las Tres Torres, situada, como su propio nombre indica, en la cota menos elevada (520 metros) del macizo donde se asientan dichas fortificaciones. Está construida sobre un declive de crestones margoyesosos del Trías, asentado y recalzado en las zonas más bajas por dos estribos en semicírculo que sobresalen, el primero del perfil de la torre en unos 40 centímetros, y el segundo del primero en unos 20 centímetros, presentando una altura, el uno del otro, de un metro aproximadamente. Su forma es cilíndrica, alcanzando una altura de unos 10 metros, aunque debió tener algún metro más, ya que se encuentra derruida en una zona alta. El aparejo está construido a base de bloques de piedra, por lo general muy irregulares, colocados aprovechando sus formas. También se observan unas verdugadas de ladrillos o de lajas de piedra y el diámetro de la torre es de unos 4,5 metros, apareciendo revestida en casi toda su superficie de la mitad baja y algunas zonas altas por una argamasa de cierta consistencia.