La vertiente meridional de la Sierra Gallinera, la que corresponde al término municipal de Priego, presenta menor pendiente y ausencia de canchales, lo que denota un carácter más seco, que, en principio, conlleva peores condiciones de partida para el establecimiento de la vegetación, compuesta básicamente por un matorral bajo muy espeso y sin pies arbóreos significativos. Sin embargo, el contacto entre materiales calcáreos o carbonatados de la Sierra Gallinera y los materiales arcillosos y evaporíticos del Triásico ha provocado la aparición de diversas surgencias, o manantiales, al pie de la sierra, propiciando el establecimiento de una población dispersa que ancestralmente ha sabido aprovechar este recurso.

El camino de La Solana enlaza varios de los manantiales situados al pie de la vertiente meridional de la sierra Gallinera. Dicho carril parte de la carretera A-3226, entre Carcabuey y Rute. Pasado el kilómetro 13, veremos una parada de autobús y a continuación, a la derecha, se inicia el carril. Al otro lado, se dispone la cortijada del Chaparral, a la que se puede llegar por un camino que evita tres curvas de la carretera y enlaza con ésta por ambos extremos. Al lado de dicho caserío se dispone la fuente del Chaparral, que consta de dos estructuras diferentes, un pequeño pilarillo que recoge el agua vertida por el caño y una alberca de planta rectangular, que va provista de dos losas de piedra situadas en el pretil en forma de talud, que sirven como lavadero. La fuente ha tenido tradicionalmente los habituales usos de abastecimiento de la población y del ganado, lavado de la ropa y riego de tierras; en la actualidad se utiliza para regar una huerta cercana y para diversos usos del cortijo próximo, como evidencian los tubos de goma que toman agua del interior de la alberca.

Pero volvamos al carril de La Solana. Este camino da acceso a varios cortijos situados al pie de la Sierra Gallinera, todos muy blancos, con pequeñas huertas, con naranjos y nogales, que ponen una nota de color en los hegemónicos olivares.

El camino da una amplia curva para dirigirse a un cortijo que queda a la izquierda del camino; luego pasaremos por otro que se dispone a la derecha y después otro más a la izquierda. A los pocos metros de éste último surge un camino a la derecha que nos permite subir hasta la fuente de La Solana. De un frontón triangular rematado con una pilastra con tapadera parten sendos caños que vierten en un sistema de tres pilas consecutivas y adosadas, siendo la última la de mayor tamaño y protegida con una techumbre de uralita. El desagüe vierte en un canalillo de latón que conduce el agua a una hermosa alberca ovalada con fines agrícolas, con hermosas vistas de la casa situadas más abajo y de las estribaciones septentrionales del pico Bermejo, en sierra Horconera.

De vuelta al carril, continuamos hacia el oeste hasta un collado que separa las laderas de la Gallinera de una loma dispuesta perpendicularmente con buena cobertura de monte mediterráneo. En este paso se sitúa el cortijo de La Solana, al que precede una pequeña zona boscosa. Antes de llegar, podemos visitar la fuente del Collado. A pesar de su cercanía al carril, no es fácil de ver porque se halla oculta por unos matorrales, al pie de varias encinas de gran porte. El nacimiento consiste en un pequeño charco que cuenta con varias zanjillas de drenaje que facilitan su desagüe cuando se incrementa su caudal. Parte de sus aguas se dirigen a un pequeño estanque cuadrado que hay unos 15 metros más abajo, que se usaba para regar un huertecillo cercano. A su vez, de dicho estanque sale una tubería que nutre una bonita alberca redonda situada unos 80 metros al este del nacimiento principal, también junto al camino. El sobrante de este nacimiento alimenta un pequeño regato que desemboca un poco más abajo en el arroyo de la Fuente las Cañas.