Las Lagunillas es la aldea más meridional de Priego de Córdoba. Situada en la falda de la Tiñosa, es el punto de partida para la realización de las rutas que acometen el Macizo de la Horconera desde el sur. Este pequeño núcleo de población, ubicado en el límite sur del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, ostenta algunas peculiaridades que lo dotan de gran originalidad: se trata del núcleo urbano más elevado de la provincia de Córdoba, al estar situado sobre un pequeño altiplano a 810 metros de altitud, y aquí se registra el índice pluviométrico más alto de todo el término municipal de Priego. Estos dos récords posiblemente hayan influido en que en sus inmediaciones nazcan algunos importantes cursos de agua, como el río Salado; y que se suelan producir algunos encharcamientos en las llanuras próximas a la aldea, a pie de carretera, donde existen grandes extensiones de charcas o lagunillas que propician la instalación de un importante cardenchal, circunstancia que muestra una evidente relación con el topónimo que designa esta aldea.

El origen remoto de esta pequeña población, que en la actualidad suma unos 500 habitantes, seguramente tenga que ver con un asentamiento rural andalusí, existiendo confirmación en las fuentes históricas de época cristiana que remiten a la ocupación del territorio en el periodo islámico. De hecho, el topónimo Lagunillas aparece citado en el siglo XIII, como límite de la encomienda que la orden militar de Calatrava tenía en Priego. También se han encontrado restos de época romana en los alrededores, y más concretamente una inscripción hallada en el cortijo del Llano de Las Lagunillas, consistente en un epitafio funerario de Sextus Caecilius Optatus, ilurconense de 25 años de edad que vino a morir a estas tierras del sur de Córdoba, y que actualmente se conserva en el Museo Histórico Municipal de Priego.

Ramírez y las Casas Deza cuenta cómo el Ayuntamiento de Priego, desde principios del siglo XVIII, estableció la costumbre de subdividir las tierras del común entre los hijos de los arrendadores y de conceder permiso para edificar casas, surgiendo de este modo distintas cortijadas, y cita la dehesa de Las Lagunillas entre las que se dieron a censo reservativo, a diferencia de aquellas que se cultivaban en arrendamiento. Uno de los cursos de agua más interesantes del municipio de Priego de Córdoba es el arroyo de Los Charcones, que surge de la unión del arroyo de la Contienda y otro arroyo que ostenta la pretenciosa denominación de Río Grande. Fluye el arroyo de Los Charcones al sur de Las Lagunillas. Durante un tramo marca el límite del término de Priego con el de Iznájar, y luego entre Iznájar y Rute, cuando ya pasa a llamarse arroyo del Rigüelo, tributario a su vez del arroyo de las Herreras, que dará lugar al magnífico cañón de la Hoz. Lo interesante de este curso es el extraordinario bosque de ribera que lo acompaña, de álamos y fresnos fundamentalmente, que en algunos tramos alcanza una anchura considerable.

Podemos llegar caminando desde Las Lagunillas al arroyo de los Charcones, trazando un bucle que nos permitirá conocer este interesante bosque de ribera y regresar a la aldea por otro camino. Partimos de Las Lagunillas por la calle San Isidro. Llegaremos a una encrucijada de caminos en el paraje de Los Tiburcios, donde debemos tomar el ramal de nuestra derecha, hacia el suroeste. Después de atravesar el arroyo de la Contienda, desembocaremos en otro camino que debemos tomar en dirección sur y que se dirige al Cortijo Bajo, desde donde parte otro camino que por lo alto de una loma que se prolonga hacia el suroeste desciende hasta el arroyo de Los Charcones. Por debajo y hacia el sureste del Cortijo Bajo, en mitad de un olivar, se alza una enorme encina catalogada como árbol singular por la Junta de Andalucía y la Diputación provincial, la Encina del Cortijo Bajo, de unos 450 años.