En el primer trimestre del 2019 las mujeres sin pareja y las lesbianas podrán tener acceso a los tratamientos de reproducción asistida en la sanidad pública, donde deberán cumplir los mismos requisitos que actualmente se requiere a las casadas y heterosexuales (básicamente, tener menos de 40 años). Así lo ha anunciado la ministra de Educación y portavoz del Gobierno tras la reunión del Consejo de Ministros, Isabel Celaá.

La portavoz ha hecho hincapié en que se trata de un servicio que fue aprobado por el anterior equipo socialista pesidido por José Luis Rodríguez Zapatero. En el 2012, la entonces ministra de Sanidad del Gobierno del PP, Ana Mato, suprimió la posibilidad de que mujeres solas u homosexuales pudieran optar a tener un hijo en los hospitales públicos. Lo hizo bajo la excusa del ahorro económico y con el pretexto de que “la falta de varón no es un problema médico”. Un tiempo después, Sanidad también excluyó a parejas heterosexuales que ya tuvieran un hijo.

La limitación impuesta por Mato provocó que las mujeres solteras u homosexuales se vieran obligadas a recurrir, si disponían de recursos económicos, a los centros privados, donde los tratamientos pueden oscilar entre los 2.000 y los 50.000 euros en los casos más extremos. Por ejemplo, el IVI, la clínica más importante de reproducción asistida, ha recibido un incremento del 106% de consultas en el caso de mujeres solas y del 123% en parejas de lesbianas desde que Sanidad cerró el grifo a este perfil de usuarias. Y eso que algunas comunidades como Catalunya, Madrid o Andalucía las han vuelto a incluir en la cartera de servicios. También Valencia, con la actual ministra de Sanidad, Carmen Montón, como consejera.