El PSOE va a aprovechar esta semana, la del 20-N, día en el que murió Francisco Franco, para pedir en el Senado a Pablo Casado que se posicione en contra del franquismo. El debate y la votación se realizarán mañana, en plena campaña de las andaluzas y con la formación ultra Vox copando cada vez más espacio en el debate público. Un potencial que aumentará en el primer semestre del año, cuando se celebre el juicio a los independentistas, un proceso en el que Vox ejerce la acusación popular. El PP no quiso avanzar ayer el sentido de su voto en el Senado y fuentes del grupo conservador se limitaron a decir que están preparando enmiendas al texto que presentarán hoy al mediodía, justo antes de que acabe el plazo para hacerlo.

La moción socialista condena «rotundamente» el franquismo y «cualquier exaltación del mismo». Además, valora «muy positivamente» la exhumación y el traslado de Franco y «apoya la resolución del Parlamento Europeo que insta a prohibir cualquier fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo». Tras estos prolegómenos, insta al Ejecutivo de Pedro Sánchez a «impulsar la revisión y mejora de la vigente ley de memoria histórica».

Según fuentes del PP, que tiene en su mano el resultado final de la votación gracias a su mayoría absoluta, prepara algunas enmiendas para modificar el contenido de la moción. También está redactando algunos cambios Ciudadanos, que reclama tomar como referencia las recomendaciones del informe de la comisión de expertos sobre el futuro del Valle de los Caídos del 2011 para conseguir los «más amplios consensos políticos y sociales, como paso previo a la exhumación».

En septiembre, el PP se abstuvo en el Congreso en el decreto ley del Gobierno para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos. Ahora, con esta nueva votación en el Senado, Casado debe volver a enfrentarse a un asunto que, históricamente, escuece en las filas populares. Con una sola excepción relevante, el PP siempre ha votado en contra de propuestas y leyes que condenaban el franquismo. Esa decisión extraordinaria ocurrió en el 2002, con Aznar de presidente y Mariano Rajoy de número dos, y llevó al PP a unirse a la condena del golpe de 1936 que presentó la oposición en el Congreso.

Pero ese consenso de todos los partidos contra la dictadura duró poco porque después, en numerosas ocasiones, los conservadores han tumbado todas las iniciativas relevantes: en 2003 los conservadores, con mayoría absoluta, impidieron una propuesta para anular los juicios políticos del franquismo; en el 2007, rechazó la ley de memoria histórica de José Luis Rodríguez Zapatero; en el 2013, los populares se negaban a que el 18 de julio se convirtiera en el día oficial de condena de la dictadura; y en el 2015, Rajoy impidió que se revocaran los honores a Franco.

EL BLINDAJE DE PODEMOS / Además, la iniciativa del PSOE en el Senado le llega al líder popular la semana en la que debe rematar el anuncio de presentar recurso ante el Constitucional contra el decreto de exhumación de Franco, alegando la falta de «urgencia». El Ejecutivo aprobó en agosto el decreto para dar cobertura a la retirada de los restos, una operación para la que no hay fecha y ante la que han surgido dificultades como el empeño de la familia en trasladar el cadáver a la cripta que tiene en La Almudena de Madrid.

La reforma de la ley de memoria histórica en el Congreso está en plazo de enmiendas y Podemos ha propuesto más de 60, incluida una para evitar que el dictador y el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, puedan ser reinhumados «en espacios de uso público» o lugares de «interés turístico».