Dos claves de partida: abstención y victoria. Córdoba votará por undécima vez en democracia al que será su alcalde o alcaldesa para los próximos cuatro años. Será el 26 de mayo, en plena feria, por lo que el primer enemigo a batir será la abstención. En los diez anteriores comicios tras la muerte de Franco, la participación en Córdoba nunca ha sido superior al 70%, ni inferior al 50%. El año de mayor participación fue el 83 con un 69,3% (goleó Julio Anguita con 17 concejales), mientras que el 91 fue cuando menos cordobeses votaron, un 53,8% (ganó Herminio Trigo con 13 ediles). Parte de la victoria socialista del 28-A se debió a la movilización del voto abstencionista y ahora, de nuevo, será clave.

Segunda cuestión. Se atribuye a Luis Aragonés la frase: «A ganar, ganar y volver a ganar», que bien podríamos aplicar aquí, porque en las municipales no bastará con ganar y ganar, es decir, con ser la lista más votada. Sino que habrá que volver a ganar, o sea, que habrá que poder gobernar, vía pactos.

La cita del 26-M coincide este año con el 40 aniversario de los ayuntamientos democráticos en España. 40 años ya, desde aquel histórico 3 de abril en el que Córdoba se convirtió en el Califato Rojo, con el único alcalde comunista que parieron las urnas del 79 en todo el país. Apenas una decena de mujeres (ninguna de ellas era número 1) lograron zafarse del patriarcado de la época para colarse en las once listas presentadas. Solo cuatro formaron parte de la primera Corporación: Manoli Correderas (PCE), Ángeles Aparici (PSOE), María Teresa de Blas (UCD) y Cristina Bendala (PSA).

Julio Anguita (1979-1986), Herminio Trigo (1986-1995), Manuel Pérez (1995), Rafael Merino (1995-99), Rosa Aguilar (1999-2009), Andrés Ocaña (2009-11), José Antonio Nieto (2011-2015) e Isabel Ambrosio integran la nómina de alcaldes cordobeses de la democracia. Hoy, además de Ambrosio, que aspira a la reelección, tres mujeres más encabezan alguna de las 13 listas que finalmente se presentan en Córdoba, y todas tienen igual número de hombres que de mujeres.

La edad media de los candidatos cuyos partidos tienen actualmente presencia en el Pleno de Córdoba y repiten es de 45 años (el más joven es Pedro García, que es del 78; y la mayor, Ambrosio, que es del 70).

La salida de Ganemos en Común (después de que el Tribunal Constitucional no admitiese a trámite su recurso), que también lideraba una mujer, Teresa González, ha supuesto un descalabro democrático importante y la consternación en un grupo que ha trabajado muy duro durante 4 años en el Ayuntamiento de Córdoba. En el 2015, Ganemos fue la tercera fuerza más votada y ahora, los más de 18.000 votos que recibieron buscan un partido al que votar. La formación que pueda capitalizar esos votos huérfanos es, hoy por hoy, una incógnita.

Como candidatos a la Alcaldía repiten respecto a los comicios del 2015 Isabel Ambrosio y Pedro García (IU). Por contra, estrenan candidato el PP (José María Bellido fue edil con José Antonio Nieto) y Cs (Isabel Albás, que sustituye al que fuera alcaldable José Luis Vilches, del que prescinde ahora el partido). Por primera vez se presenta en solitario Podemos, con Cristina Pedrajas de candidata, y después de que los intentos de confluir con Izquierda Unida fracasaran. Por contra, sale de Capitulares Unión Cordobesa, el partido de Rafael Gómez, que llegó a lograr cuatro concejales en el 2011. Tampoco se han presentado este año UPyD y Partido Andalucista, y aparece el inédito Acción por Córdoba, que capitanea el expopular Ricardo Rojas.

Vuelve a presentar candidatura Vox, que prevé entrar en el Ayuntamiento, al igual que ha hecho en el Congreso de los Diputados y el Parlamento andaluz, y mejorar los 558 sufragios logrados en 2015. Además, el 26-M, los cordobeses encontrarán en los colegios electorales papeletas de Andalucía entre todos (Manuel Ortega), Pacma (Javier Luna), Escaños en blanco (Francisco Infante), Partido Comunista de los Trabajadores de España (Roberto Guijarro) y Por un mundo más justo (Joaquín Malo de Molina).

PSOE Y PP, EN TODOS / Solo el Partido Popular y el Partido Socialista han presentado listas en los 77 municipios de la provincia. Le sigue IU, con arraigo histórico en la provincia, con 51 listas, y Cs, que presentará candidatos en 32. Vox estará presente en 18 pueblos, y Podemos en ocho en solitario y en tres más, en confluencia con otros partidos.

En Córdoba capital están llamados a votar, según la Oficina del Censo Electoral, 267.158 electores, de los que 259.330 viven en España y el resto, 7.828, en el extranjero. Además, se estrenarán en unas municipales 32.274 ciudadanos, que decidirán, como el resto, quiénes serán los 29 ediles con asiento en Capitulares, institución que maneja casi 386 millones de euros de presupuesto.

En la actualidad, cogobiernan PSOE e IU, apoyados en un acuerdo de investidura que firmaron con Ganemos, la fuerza a la que no han permitido volver a presentarse. Todos ellos suman 15 concejales. A la derecha del salón de plenos se han sentado en este mandato los 11 concejales del PP, los dos de Cs y el único representante de Unión Cordobesa, que tuvo que integrarse en el Grupo Mixto.

El 26 de mayo, 3.213 cordobeses formarán parte de las 357 mesas electorales que habrá en la capital: 357 como presidentes, 714 vocales y 2.142 suplentes.

REMATAR LA FAENA / El PSOE buscará en Córdoba la consolidación de su victoria nacional, por lo que llamará a la movilización del electorado contra la derecha, confiando en el rebufo de las generales. Isabel Ambrosio se presenta a los comicios con una lista diseñada por ella misma (algo que no ocurrió en el 2015, cuando pagó la novatada), con experiencia adquirida en la gestión y más peso en su partido, gracias a Ferraz. Pide «una gran mayoría» (idea con la que ha jugado en su lema de campaña: Para la gran mayoría), para tratar de gobernar esta vez en solitario, algo que no tendrá fácil por el reñido equilibrio de fuerzas. La movilización será clave en el éxito socialista, que espera rematar la faena del 28-A.

Situado enfrente, un veterano de la gestión municipal, José María Bellido, que ha renovado gran parte de su equipo con fichajes ajenos a la política (por ejemplo, ha situado en el puesto 2 a la empresaria cordobesa Blanca Torrent). Los populares confrontarán su modelo con lo que para ellos han sido «cuatro años de desgobierno», y venderán gestión frente a ideología. «Mi enemigo no son los otros partidos, mi enemigo es el paro», viene diciendo estos días el candidato, que espera recuperar la fuerza del PP en la capital cordobesa, tras la pérdida de este feudo en las pasadas elecciones generales.

La caída de Ganemos del cartel ha dejado más expedito el tablero a la izquierda del PSOE. IU se presenta como la marca «solvente» de la izquierda, apela «al orgullo» del diferencial cordobés y defiende «el modelo de ciudad» implantado en Córdoba en la democracia. La defensa de los servicios públicos y el reequilibrio entre barrios serán la enseña del discurso de García. Está por ver si la marca de Iglesias recoge, como ya ha pedido, los votos perdidos de Ganemos, y qué estado de salud tienen los círculos en Córdoba. Pesará en su contra el hecho de que Podemos haya estado diluido en el mandato y sin presencia municipal y mediática.

A la derecha del PSOE y arrellanado en el centro se situará Cs. En el plano municipal (justo al contrario de lo que han defendido a nivel nacional), la formación de Ribera ya ha dicho que no tendría problema en pactar con el PSOE. Este punto de partida abre un escenario postelectoral interesante, sobre todo si las izquierdas no logran sumar para gobernar.

Por último, la jornada electoral despejará las dudas sobre si Vox logra meter la patita en Capitulares, y si la Acción por Córdoba de Ricardo Rojas es capaz de aglutinar a algunos votantes enfadados del PP o a ese votante de centro-derecha que apoyó alguna vez a Rafael Gómez. El limbo de esta prueba se sitúa en virtud de la ley d’Hondt en el 5%, el porcentaje mínimo que se le exige a las formaciones para tener representación. Y, por redondear, el concejal se cotiza a 5.000 votos.