Cada día que pasa se consumen las fuentes de energía que han alimentado la enorme maquinaria que hace que nuestro mundo funcione. La falta de soluciones nos obliga a apostar por las energías limpias y renovables, pero difícilmente serán suficientes para poder mantener el nivel de glotonería de nuestras urbes.

El proyecto ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional) es la gran apuesta de la humanidad y, hoy por hoy, la única esperanza de que el fin del petróleo no llegue antes que el comienzo de la era de la energía nuclear "limpia y segura". De no ser así, me temo que los acontecimientos serán traumáticos, basta con analizar lo que está ocurriendo con el precio de los cereales en relación al uso de los mismos para la obtención de biocombustibles.

Este proyecto se basa en la obtención de grandes cantidades de energía utilizando la fusión de elementos ligeros y abundantes. Para ello se tendrán que construir centrales nucleares diferentes a las que hoy existen, que están basadas en la fisión nuclear de átomos pesados (Uranio-235) y que implican problemas por todos conocidos.

Si consultamos la historia de los comienzos de la era nuclear encontramos a una científica austriaca que trabajó en Alemania con Otto Hahn. Se trata de Lise Meitner y como muchas otras mujeres fue relegada a un segundo plano en las investigaciones que a su compañero le proporcionaron la gloria.

De origen judío y coetánea de Einstein y Plank, en 1938 tuvo que abandonar Alemania cuando sus propios compañeros de trabajo, algunos de ellos afines al régimen de Hitler, denunciaron su origen judío. Durante su exilio en Estocolmo siguió en contacto con su compañero guiando las investigaciones que ambos iniciaron. El correo entre Estocolmo y Berlín era tan rápido que podía aconsejarle paso a paso el camino a seguir. Aunque no estuvo presente, siguió siendo la líder intelectual del equipo y fue ella quien descubrió, gracias a las comunicaciones con Hahn, el dilema sobre la fisión de los núcleos atómicos.

Aunque publicó su descubrimiento, fue Otto Hahn quien supo apropiarse del mérito consiguiendo el Premio Nobel en 1944. El desenlace de la 2 Guerra Mundial estuvo condicionado por la fuga de científicos de la Alemania nazi, entre ellos Meitner o Einstein. De haber permanecido investigando en Alemania, los nazis se hubiesen servido de sus progresos y la contienda podría haber tenido otro desenlace. Fue el primer uso que se le dio a esta energía que ya predijo Einstein con su famosa ecuación E=m c2. Un uso bélico, que estos científicos rechazaron, sobre todo después de su puesta en práctica en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

La historia completa de los acontecimientos podemos encontrarla en ´E=m*c2´, de David Bodanis (Ed. Planeta Divulgación). Libros como éste nos cuentan la historia de la Ciencia y nos descubren personajes como Lise.

Como dice mi admirado Jorge Wagensberg: ´Las verdades se descubren, las mentiras se construyen´. ´La verdad es para encarar el futuro, la mentira para soportar el pasado´.