Tras la masiva protesta de ayer, que dejó en mínimos el servicio de taxi en muchas capitales y colapsó Madrid con una gran protesta del sector, los taxistas decidirán el próximo lunes si convocan una huelga indefinida. Tras años de protestas, estos profesionales presionan para conseguir «un marco normativo claro y preciso» de los vehículos de alquiler con conductor (VTC) ofertados por plataformas como Uber y Cabify. Los taxistas, un servicio público regulado en número de licencias y tarifas, se consideran víctimas de competencia desleal por parte de estos servicios privados, con gastos muy elevados frente a estas plataformas que pueden ofrecer precios más atractivos y una oferta flexible. Aunque estas empresas apenas operan en nuestra capital, los taxistas de Córdoba se sumaron a la protesta por solidaridad con sus compañeros y por considerar que el sector en su conjunto está amenazado. En su enunciado inicial, los taxistas llevan razón, aunque lo cierto es que los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías traen oportunidades a las que la legislación tarda en ajustarse, pero que tienen derecho a su espacio. El Gobierno admite que en algunas zonas se ha rebasado el número permitido de licencias VTC, pero anuncia que para enero puede estar listo el nuevo real decreto que regulará el sector, que los taxistas consideran insuficiente. Es un sector muy complejo y la solución no es fácil, pero exige una actuación urgente.