3 - Deportivo: Manu; Laure, Colotto, Rochela, Zé Castro, Morel (Seoane; min.86); Pablo Alvarez (Desmarets; min.69), Juan Rodríguez, Antonio Tomás, Valerón; y Dioni (Adrián; min.59)

1 - Córdoba: Alberto; Fernández, Tena, Agus (Callejón; min.81), David de Coz; Javi Flores (Pepe Díaz; min.63), Usero, Beobide, Arteaga; Charles y Díaz de Cerio (Sesma; min.63).

Goles: 0-1 (86´) Arteaga. 1-1 (90´) Adrián, de penalti. 2-1 (101´) Adrián. 3-1 (114´) Adrián, de penalti.

Arbitro: Alvarez Izquierdo (C. Catalán). Muy riguroso en la expulsión de Tena y en el segundo penalti a favor del Deportivo. Amonestó a los locales Morel (15´), Antonio Tomás (52´), Juan Rodríguez (23´) y Rochela (19´), y a los visitantes Agus (80´) y Fernández (96´). Expulsó a Tena en el minuto 92 con roja directa.

Incidencias: Unos 4.000 espectadores en el estadio de Riazor, con ligera presencia blanquiverde.

Con la cabeza bien alta y reafirmando los mensajes de mejoría en su juego, el Córdoba quedó ayer apeado de la Copa del Rey en La Coruña. Valerón apareció lo justo para salvar a su equipo de la eliminación. Valerón y el gran lunar del equipo blanquiverde en esta temporada. Con un grado al menos aceptable de madurez competitiva los de Alcaraz estarían hoy mirando quién le toca en cuartos y varios puestos por encima en la tabla de Segunda. Es momento de asumir responsabilidad, tanto individual como colectivamente. Y eso no es solo labor del técnico, que también. Sin personalizar, el penalti de Sesma y la expulsión de Tena son ejemplos, los últimos no los únicos en esta campaña, del mal de este equipo. También otras actitudes, menos llamativas, pero que están ahí. El sábado, reválida.

La primera parte no tuvo un claro dominador, aunque la mejor ocasión en esos primeros 45 minutos fue para el Córdoba. Cuando apenas se había traspasado la barrera del minuto 15, y a la salida de un córner, el balón llega finalmente a De Cerio, que remata en posición forzada, terminando el balón contra el poste derecho de la meta defendida por Manu. El rechace lo intentó despejar Rochela, pero de nuevo el esférico se fue contra la madera, en este caso el larguero.

Era la demostración de que en ese primer cuarto de hora el Córdoba sí que salió a por ese gol que reclamaba Lucas Alcaraz en la previa. Con sus posibilidades, con sus armas, también con sus limitaciones. Y ante un conjunto de Primera División. Pero no solo cumplió lo prometido, sino que no se notaba en demasía la diferencia entre unos y otros.

La jugada del doble balón a la madera culminaba una serie de tres saques de esquina en apenas un minuto a favor de los visitantes. Y, en general, durante esa primera parte, un nombre destacó por encima de los demás. El de José Manuel Fernández. El Niño , con tanta capacidad como descaro, se enfrentó a un mundialista como Morel y salió indemne en ese primer acto. Es más, se permitió el lujo de subir la banda en varias ocasiones.

El peligro ocasionado por el Deportivo de La Coruña vino gracias a dos errores individuales de los visitantes de los que se aprovechó Juan Rodríguez. El primero, en el minuto 34, de Beobide, al no rebañar un balón ante el mediocentro deportivista, que se fue y lanzó un disparo duro y a media altura que salió rozando el poste derecho de la meta defendida por Alberto. El segundo, en el 41, en un fallo garrafal de Agus. Juan Rodríguez se plantó ante el portero blanquiverde, que se lució despejando a córner.

Cuando Alvarez Izquierdo ordenó el intermedio, la sensación imperante era la de que el Córdoba no le había perdido la cara al partido precisamente, y que con un poco de suerte el resultado hubiera podido ser distinto.

La segunda mitad agudizó sensaciones. El Deportivo daba muestras de estar algo atascado y solo Laure conseguía crear peligro o, al menos, inquietud en la zaga cordobesista. Por contra, los de Alcaraz rondaban el área de Manu por medio de De Cerio (48´) y de Usero y Javi Flores (51´). Fernández, por su parte, iba asentándose defensivamente hasta el punto de borrar a Morel del partido y se permitía alguna alegría en campo rival, como cuando subió la banda en el minuto 57, asistiendo a Arteaga. El pase del sevillano no consiguió dominarlo un desdibujado De Cerio. Valerón era el único de dar luces a los gallegos, aunque de manera intermitente. El canario apareció en el minuto 61 para peinar un córner que tuvo que sacar Tena en la línea de gol.

Un ejemplo del buen juego de los blanquiverdes, que ya lo apuntaron en Albacete hace pocos días, es que el primer balonazo en largo y con poco sentido que ejecutaron fue en el minuto 65, obra de Agus. Hasta ese momento, los de Alcaraz siempre llegaron al área rival tocando por bandas o combinando por el centro por medio de Usero.

Alcaraz movió muy bien el banquillo en la última media hora y se reflejó sobre el terreno de juego. Pepe Díaz comenzó a ser un incordio y tanto en el minuto 72 como en el 83 pudo decantar el marcador para los suyos. Pero fue Arteaga quien culminó una gran jugada de Callejón, que dio un magistral pase en diagonal que no tocó Charles. El capitán fusiló a Manu desatando el delirio en la expedición blanquiverde y causando estupor en la grada de Riazor. Pero la alegría duró poco. Tras un palo de Valerón, Sesma provocó un penalti absurdo. Con la eliminatoria prácticamente ganada, es inexplicable la acción del canario, pueril, más propia de un infantil que de un veterano. Adrián lo transformó y poco después, Alvarez Izquierdo expulsaba rigurosamente a Tena por una entrada al medio canario. Prórroga.

Y ahí, el Córdoba era ya un equipo en clara inferioridad, no solo numérica, también anímica. El segundo tanto, que partió del fusible deportivista, Valerón, solo fue el estoconazo para que Adrián, de nuevo de penalti, anotara el tercero. Hay que quedarse con lo bueno y, sobre todo, con que lo vio toda España. Y también, con la autocrítica.