El Córdoba CF estrena hoy, con más de una reserva, sus terceros servicios médicos en menos de 13 meses. El dato es lo suficientemente revelador de la convulsión que sufre la entidad blanquiverde y que en las últimas 72 horas se ha plasmado con declaraciones, juicios y anuncios de todo tipo.

Cronológicamente, hay que arrancar con la rescisión del contrato del club con Cordobesa de Terapias Avanzadas o, lo que es lo mismo, con el doctor Javier Bejarano. La entidad blanquiverde, entonces presidida por Jesús León, tomó la decisión, en enero del 2019, de romper dicho contrato y ayer se celebró el juicio en el Juzgado de Instrucción 7, sala 15 de la Ciudad de la Justicia. Estar en la sala equivalía a ver pasar casi la última década del club blanquiverde. Por un lado, las partes: Javier Bejarano, como demandante, y Jesús León, en representación de la demandada, Córdoba CF SAD. Tras declarar, pasaron los testigos. Contando a partes y testificales, dos propietarios y presidentes, o tres, si contamos a José García Román como cabeza visible del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, un vicepresidente, dos entrenadores, un capitán de la primera plantilla, un médico, un fisioterapeuta, un encargado de prensa… y porque los abogados, en más de una ocasión, desistieron de la declaración de otros testigos que estaban citados inicialmente, ya que en ese caso las dos horas durante las que se prolongó el juicio se hubieran duplicado, probablemente.

Las dos partes y sus abogados insistieron en sus posturas: la del Córdoba CF, la que ya mostró en el comunicado de la rescisión, «falta reiterada de asistencia a los entrenamientos, falta de asistencia a los viajes y partidos del primer equipo, falta o retraso en la atención médica a futbolistas de la primera plantilla, del filial o del equipo femenino, con el evidente perjuicio ocasionado al club», así como poner en duda tanto la cifra anual que había que pagar (en torno a los 269.000 euros al año), el periodo de duración del compromiso (diez años) y otras cuestiones. Por parte del demandante, tanto la tesis de su abogado como los testigos que llamó a declarar, se dirigía al objetivo de demostrar que nunca existieron esas faltas de asistencia, cubiertas por otro doctor, Rafael Díaz, y que siempre se atendió a los jugadores, así como que el club nunca le comunicó oficialmente, verbalmente o por escrito, dicho malestar antes de la rescisión del vínculo. Sobre la atención a jugadores el propio Carlos Caballero respaldó la tesis de Bejarano de que todo entraba dentro de la normalidad. Sobre el importe anual y la duración, la parte demandante arguyó que había ofertas «del Villarreal, de Fernando Roig» para hacerse con sus servicios, que fue comunicado al entonces propietario y presidente, Carlos González, que también declaró y defendió tanto a Bejarano como su contratación. De hecho, Bejarano declaró que en el 2011 «Jémez dijo que prefería tener un jugador menos a cambio de disponer de ayudas ergogénicas», que podían suponer 70.000 euros dentro del monto del contrato. Además, Bejarano recordó que el contrato obligaba a las dos partes, ya que «no he podido escuchar ofertas porque también me obligaba esa cantidad y debía abonarla al contado».

«Es imposible que todas las lesiones vayan bien y a todo el mundo no puede sentarle bien lo que le dices», arguyó Bejarano, que puso como ejemplo el reciente caso del central Garay, central del Valencia que, sin embargo, «va a Gijón a operarse. Es algo habitual», justificó, al hablar de una lesión de Javi Lara, del que rememoró, en todo caso, que «cuando se lesionó en la India, vino a Córdoba y lo atendí en el estadio».

José Luis Oltra declaró por videoconferencia horas antes de ser anunciado oficialmente como técnico del Racing, aunque el valenciano apenas habló unos minutos. De igual manera lo hizo Javier Jiménez, mientras que presencialmente lo hicieron, entre otros, José García Román y José Ramón Sandoval, que al intentar ajustar los años entre el 2018 o 2019, pidió excusas «porque yo cuento las fechas por temporadas».

El juicio quedó visto para sentencia mientras esa misma mañana Clínica Beiman reiteraba la deuda del club -140.000 euros más otros 68.000- y aseguraba que hoy estará en El Arcángel para intentar continuar un contrato que el Córdoba CF de Infinity no reconoce dentro de la unidad productiva, de ahí que desde hoy mismo estén VS Sport y Quirón como nuevos representantes de los servicios médicos blanquiverdes. La primera, dirigida por el que fuera jugador del Sevilla, Víctor Salas, será la que se integre en el club con el apoyo de la segunda, aunque en este caso también habrá tela que cortar. Deaya Sports, gabinete de abogados contratado por Beiman, anunció a este periódico que llevan más de 15 días reclamando al club, mientras que en la entidad blanquiverde no reconocen el contrato. El caso es que todo señala a que hoy habrá otro notario en El Arcángel para levantar acta del incumplimiento, según Beiman. Todo en un solo día y solo en relación con los servicios médicos del Córdoba CF.