Las bibliotecas ya no son solo espacios de lectura y estudio, sino lugares para la convivencia y el aprendizaje y donde es posible la mezcla entre personas de distinta condición social, etnia o cultura. A partir de esta premisa, los profesionales que trabajan con la lectura -bibliotecarios, docentes, libreros y gestores culturales- participantes en la jornada Innovación para el fomento de la lectura, celebrada ayer en la Biblioteca Central, concluyeron, entre otros aspectos, que es necesario poner en valor a las bibliotecas y contemplarlas con unas miras mucho más amplias, tanto desde las funciones que desempeñan como por el valor económico que suponen para la sociedad. En este sentido, fue muy llamativa la ponencia de Ulla Leinika, de la Biblioteca Central de Helsinki, que explicó que este centro es el corazón de la ciudad y donde se reúne la comunidad para llevar a cabo cualquier tipo de actividad. La celebración de esta jornada tuvo como objetivo explorar las tendencias innovadoras actuales para el fomento de los hábitos de lectura, combinando conferencias impartidas por un elenco de especialistas de reconocido prestigio, que hablaron de recursos metodológicos útiles para la dinamización de las audiencias culturales.

Otra de las conclusiones de la jornada fue la necesidad del apoyo a la cultura, especialmente el fomento a la lectura, argumentando que, según el estudio más completo sobre el factor de reversión de las inversiones en bibliotecas, realizado en la Universidad de Navarra, se concluye que por cada euro invertido hay un retorno a la sociedad de más de dos, por lo que es «un error» dejar de invertir en cultura.