La escritora oscense Luz Gabás reflexiona sobre la España vaciada y el apego a la tierra en su cuarto libro, El latido de la tierra, que ha presentado hoy lunes en la delegación territorial de Cultura de Córdoba, dentro del ciclo Letras Capitales, un acto que ha contado con la participación del periodista y escritor Francisco Antonio Carrasco. Este es un tema que toca muy de cerca a la escritora, ya que hace años decidió retirarse a vivir a Benasque, en las montañas del Pirineo aragonés, y considera que "hay una necesidad de mirar al pasado para comprender el presente", puesto que "hay que saber de dónde se viene para poder transmitirlo a tus hijos".

Según ha explicado Carrasco, en El latido de la tierra Luz Gabás cuenta la historia de Aquilare, un pueblo perdido en el Pirineo aragonés cuyos vecinos se vieron obligados a abandonar tras una expropiación forestal, quedando habitada solamente una casa situada en las afueras, la mansión Elegía, en la que sobreviven la madre, Elegía, ya mayor; uno de sus hijos, Tomás, cuarentón, apocado y melómano; y la primogénita de la familia, Alira, que arrastra el compromiso moral de mantener vivo un legado de generaciones, lo que ha condicionado profundamente su vida, privándole del amor u obligándole a renuncia a él.

UNA MIRADA A SU GENERACIÓN

Hasta ahora, en sus novelas la escritora habla de generaciones anteriores a la suya, y, según ha dicho, esta vez quería escribir sobre su tiempo y su vinculación con el mundo rural, que en la novela parece decrépito, pero, a la vez "con una puerta a la esperanza". De hecho, prefiere hablar de "oportunidad rural" más que de España vacía, "un termino negativo, aunque haya sido útil para describir y concienciar de la situación", ha proseguido la autora.

Y ese lugar decrépito y ficticio, Aquilare, es también para la autora "un símbolo de todos aquellos grandes discursos que se mueren, de los que ha sido testigos mi generación, que ahora se queda con la incertidumbre de a qué aferrarse". Pese a que la España vacía es un tema de actualidad, la escritora no pretende ser "reivincativa", sino "tratar con normalidad ese contacto con el medio rural que yo he vivido", ha dicho. "Yo quería que Aquilare simbolizara a cualquier lugar de España de los miles que hay en el interior", ha añadido la escritora.

Igual que inventa Aquilare, Gabás toma como protagonista a Alira, una mujer que intenta vencer al pasado y encontrar de una vez su propio camino. «En todos los personajes que diseño hay una parte de mi porque tengo que comprenderlos para que sean verosímiles», ha asegurado la autora sobre el posible parecido entre ella y su protagonista.

Por su parte, Carrasco ha destacado que en El latido de la tierra se habla del amor y la lealtad a la tierra de los orígenes, y del compromiso hacia ella. Aunque, ha proseguido, en esta novela "también hay amor. Amor a la tierra, amor a la vida, amor a tu pareja", además de "amistad" y de otros temas "interesantes" como la despoblación rural, la ecología o el desconcierto emocional ante ciertas situaciones que nos obligan a cuestionarnos nuestros principios. «Y como culminación, un crimen que, administrado en sabias dosis, mantiene la intriga hasta el final», ha concluido el presentador.