La pintura es su mejor medicina y lleva prácticamente toda la vida entre pinceles, aunque su labor profesional ha estado siempre ligada a la enseñanza. Tras dos años alejada del caballete, Ana Ortiz expone hasta el 3 de marzo, en el patio Barroco de la Diputación, una colección de pintura en la que domina el bodegón «vivo».

-La pintura ha sido una constante en su vida. ¿Cómo ha sido su evolución?

-He desarrollado mi faceta docente, pero, al mismo tiempo, siempre he tenido este quehacer constante y continuo de la pintura. Al principio, a través de dibujos esporádicos, colaboraciones en revistas y libros, hasta que llegó un momento en que me dediqué más seriamente a ello.

-¿Qué reúne bajo el título de ‘Materia anímica’?

-Es una colección pinturas realizadas antes del 2017, momento en que dejé de pintar por circunstancias de salud. Desde entonces, no he vuelto a coger un pincel, pero volveré a hacerlo.

-Los bodegones, los motivos frutales, son una constante en su trayectoria. ¿Por qué?

-Me gusta el bodegón como materia viva, como naturaleza. Es mi modo de expresar mi estado de ánimo, mi mundo interior, en el que busco armonía y paz. Y encuentro en el bodegón, en la fruta y en la naturaleza la forma de sublimar esa realidad para encontrar la belleza que a mí tanto me interesa y que transmito a través de la sutileza o con una fuerza expresiva. La armonía, el diálogo y el equilibrio entre todos los elementos es fundamental para que surja ese concepto de belleza. Siempre se ha relacionado al bodegón con la naturaleza muerta, pero yo hago del bodegón algo vivo, y esa es mi manera de expresar mis sentimientos y potenciar esa naturaleza.

-¿Qué le aporta la pintura?

-Todo. Para mí es placer, satisfacción personal, es buscar mi mundo interno, mi desarrollo personal. No podría estar sin pintar.

-Dentro de sus influencias figuran desde Romero Barros hasta Julia Hidalgo o Desiderio Delgado. ¿Hacia dónde se dirige usted?

-Siempre estoy experimentando, dentro de mi línea, en la búsqueda de nuevos campos de expresión, nuevos caminos.

-¿Cómo ve el papel de la mujer en la pintura?¿Cree que empieza a tener un hueco en el mundo del arte?

-Creo que sí. Estamos en un momento en el que la incorporación de la mujer toma protagonismo en muchas actividades, y valorar el papel de la mujer es una obligación necesaria. De hecho, quiero agradecer a la Diputación que haya contado conmigo y con mi obra. Y también a Rafael Botí, Carmen del Campo y a José María Palencia, que ha hecho un análisis de mi obra, así como a Desiderio Delgado, que me dedica palabras que me honran y animan.

-¿Cómo ve la situación de las artes plásticas en Córdoba?

-Hay una gran falta de espacios expositivos y también sería interesante la existencia de una revista cultural donde se dé a conocer la obra de los artistas de la ciudad. Echo de menos la comunicación entre artistas

-¿Tiene nuevos proyectos?

-Voy a investigar. Después de dos años sin acercarme a la pintura, no sé si seguiré en la misma línea, pero estoy animada a ponerme de nuevo a encontrar otros caminos. Lo que puedo asegurar es que no abandonaré nunca la pintura.