Después de nueve meses cerrado, y una vez concluidas las obras de accesibilidad, el Gran Teatro ha reabierto sus puertas con una vanguardista versión del mito de Carmen a cargo de la Compañía de Danza de Víctor Ullate, y con la aportación de la música en directo de la Orquesta de Córdoba, bajo la batuta de Manuel Coves.

La expectación y la curiosidad se podían ver en las caras de todos los que aguardaban a las puertas del histórico equipamiento, cuyas obras de accesibilidad se notan desde la misma entrada. El espacio escénico cuenta ahora con suelo de madera, acceso por rampas desde la puerta principal y con pasillos más anchos, que lo hacen plenamente accesible a personas en sillas de ruedas. Y para celebrar tal acontecimiento, fueron muchas las autoridades y personalidades las que se dieron cita en el viejo coliseo, encabezadas por la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, que, al entrar al patio de butacas, saludó a algunas de las personas para las que el Gran Teatro ya es accesible y que desde ahora pueden ejercer su derecho al acceso a las actividades culturales que se ofrecen en este espacio.

Isabel Ambrosio y el concejal de Cultura, con un espectador en silla de ruedas, en el Gran Teatro. Foto: A.J. GONZÁLEZ

Entre los asistentes, se pudieron ver muchas caras conocidas de la cultura y la sociedad cordobesa, además de concejales de todos los grupos políticos y representantes de todas las instituciones, aunque los verdaderos protagonistas del patio de butacas eran las personas discapacitadas que asiduamente acuden al teatro, que fueron invitadas junto a algunos miembros de la Asociación Cota Cero, de la que partió la demanda de esta reforma y en cuyos rostros se reflejaba la felicidad del sueño alcanzado. En total, se han habilitado trece espacios con sus acompañantes.

Colas en el exterior del Gran Teatro de Córdoba. foto A.J. GONZÁLEZ

EN BUSCA DE LOS CAMBIOS // Al público le costó acomodarse en sus butacas, ya que buscaba con la mirada los cambios realizados, algunos más visibles, como la ampliación de los palcos y plateas, que ahora tienen dos puertas, y de mayor tamaño que las anteriores. Pero cuando las luces se apagaron, se hizo el silencio y desde el foso comenzaron a sonar las primeras notas musicales, mientras en el escenario la magia de la danza se hacía presente con una sencilla escenografía que resaltaba la que puede ser la última creación del bailarín y coreógrafo Víctor Ullate, que ha llevado a escena una singular y rompedora revisión del mito de Carmen, protagonizada por los bailarines Lucía Lacarra y Josué Ullate, que, junto al resto de bailarines, cosecharon los aplausos del público, entregado desde el primer momento.

Un instante de la obra 'Carmen', en la reapertura hoy del Gran Teatro. foto A.J. GONZÁLEZ