Tras la tormenta llega la calma y por fin el sol salió ayer en la Feria del Libro de Madrid, cuya inauguración oficial tuvo que suspenderse el viernes por el fuerte viento. Un hecho que despertó temor, en parte del sector, a que el Ayuntamiento quisiera sacar la feria del Retiro, lo que desmintió su director. «La voluntad de la alcaldesa y de su equipo es que la feria continúe en el Retiro y nos lo ha repetido muchas veces, no sé de dónde salió ese rumor, pero es falso», reiteró Manuel Gil, director de la Feria del Libro.

Ayer la feria sacó músculo, las riadas de gente por el paseo de coches se hicieron notar y los libreros estaban satisfechos. «Ayer (por el sábado) ya se vendió bastante y hoy (por ayer) mucho», explicó Elena, la representante de la caseta de Siruela, la editorial que publica a Fred Vargas, la escritora francesa reciente premio Princesa de Asturias de las Letras. «Es una locura, vienen los que la conocen y buscan su último libro, Cuando sale la reclusa, pero también los que no la conocían y quieren leer algo», añadió la portavoz se Siruela.

Pero en un domingo, en el que los niños son también protagonistas con múltiples actividades, los grandes nombres como Arturo Pérez-Reverte, María Dueñas, Almudena Grandes, Javier Marías o Gustavo Martín Garzo cumplían con el ritual de firmas libros a sus seguidores, que ya exigen además una foto o un selfie. En especial con Javier Castillo, uno de los autores más exitosos, con El día que se perdió la cordura.

En paralelo, Marta Sanz, José Ovejero, Benjamín Prado, Manuel Vilas o Leandro Padura, Ray Loriga, Alejandro Palomas, Cristina López Barrio o la ilustradora Ana Juan compartían público para todos los gustos con Blue Jeans, Alberto Garzón, Manuel Campo Vidal, Miguel Ángel Revilla o Leticia Dolera con Morder la manzana y su reivindicación feminista, hecho que también se deja sentir en toda la Feria.

A las múltiples propuestas de títulos sobre el feminismo en todas las casetas, y en especial en la Librería de Mujeres, o Torremozas, se unen, además del diseño del cartel de este año de la Feria de Laura Bonet, las frases de mujeres escritoras incrustadas alrededor de la caseta de la organización.

«Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro», de Emily Dickinson; «Mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado, las escuelas», de Marguerite Yourcenar, o «Soy una persona anticuada que cree que leer libros es el pasatiempo más hermoso que la humanidad conoce», de la Nobel polaca Wislawa Szymborska, son solo algunas de las frases con las que se topa el visitante.

Otro detalle reivindicativo en la Feria en esta 77 edición lo representa el libro Fariña, del periodista Nacho Carretero. Algunas casetas muestran una jaula con un libro dentro con el rótulo Fariña y otras, como la editorial Lengua de Trapo, enseñan lo mismo pero a través de una imagen.

Y reivindicativo también fue el «micro» de la Feria ayer, que protagonizó el escritor Javier Reverte, quien recordó cómo el libro ha sobrevivido a todo y criticó al Gobierno por «mutilar» las pensiones de los creadores, «con el objetivo de que no hablemos, que la cultura no hable», ante la «indiferencia de ministros como Méndez de Vigo y Fátima Bañez», subrayó.

El premio Nobel sudafricano J.M. Coetzee firmó al final de la tarde de esta jornada de la Feria dle Libro de Madrid también en la feria ejemplares de su último libro, Siete cuentos morales (Literatura Random House).