La enseñanza del español está de moda en el sistema escolar británico, donde se estima que en los próximos años se convertirá en la primera lengua extranjera, auspiciada por la magnitud del mundo hispanohablante y el atractivo que despierta como destino turístico.

Un informe publicado esta semana por el British Council, el organismo público británico que difunde el conocimiento del inglés, subraya el crecimiento de los alumnos que se examinan de español al término de la Secundaria y el Bachillerato en el Reino Unido. En 2017, 90.544 alumnos de Secundaria fueron evaluados de español como lengua extranjera, mientras que esa cifra era de 58.230 en 2010, y 7.600 alumnos optaron por ese mismo idioma en sus exámenes preuniversitarios el año pasado, cuando en 1997 fueron solo 4.000, según los datos del British Council.

En comparación, los estudiantes de francés cayeron desde 160.598 en 2010 hasta 130.790 en 2017 en la secundaria, y de 21.300 alumnos en 1997 hasta 8.300 el año pasado en el examen preuniversitario.

Según los expertos, esas tendencias indican que el español superará al francés como primera lengua en las pruebas preuniversitarias del Reino Unido en 2020, y ocurrirá lo mismo en los exámenes de Secundaria en los primeros años de la próxima década. El director del Instituto Cervantes en Londres, Ignacio Peyró, indicó que este auge se debe a la curiosidad que levantan la «cultura» española e hispanoamericana, así como al hecho de que se considera un «activo útil de cara a la propia carrera profesional».

«El interés por el español no puede desligarse de la conciencia -Gran Bretaña es un país que piensa en términos globales- de una importancia creciente, tanto demográfica como económica, de la hispanoesfera», agregó.

Otro factor que está sirviendo de revulsivo para aprender otros idiomas es el brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), que tendrá lugar en 2019. Los británicos, según precisa el British Council, tendrán que «tomar medidas» para mejorar las habilidades lingüísticas de sus ciudadanos, si este país aspira a convertirse en «un socio comercial internacional principal más allá de Europa».

A la curiosidad que despierta el idioma de Cervantes también hay que unir la percepción generalizada de que «es más fácil de aprender que otras lenguas», según indicó la consejera del British Council Vicky Gough al diario The Guardian, si bien señaló que el turismo era otro factor clave para entender el éxito.