La escritora Doris Lessing, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el 2001, consideraba "un sueño" la idea de acabar con el terrorismo internacional, lo que la llevó a cuestionarse la guerra emprendida por Estados Unidos tras el 11-S. En una rueda de prensa en Oviedo, previa a la recepción del Príncipe de Asturias, la combativa autora británica, que a lo largo de toda su vida hizo causa común con los más desfavorecidos, se mostró escéptica respecto a la posibilidad de deshacerse del terrorismo internacional.

Ya en su discurso en la ceremonia, Lessing mostró su esperanza de que "la cultura y convivencia de cristianos, musulmanes y judíos", que durante tres siglos se dio en España, pudiera volver a repetirse. Al margen de los atentados del 11 de septiembre, la autora centró entonces su discurso en la desaparición de la educación humanista y en la necesidad de formar a las personas sobre una base mucho más amplia. Así, señaló que la educación humanista "está desapareciendo" porque los gobiernos animan cada vez más "a adquirir conocimientos profesionales, mientras no se considera útil para la sociedad moderna la educación entendida como el desarrollo integral de la persona". Según Lessing, la educación de antes contemplaba la literatura e historia griegas y latinas, y la Biblia y las personas cultas, que leían a sus clásicos y a los mejores escritores del resto del mundo, compartían una cultura que les permitía comprenderse y compartir.