Muy pocos cordobeses saben que piezas artísticas contemporáneas que salpican la ciudad de Córdoba, como el logotipo de Bodegas Campos, la fachada del Banco Coca que luce en Rabanales, la vidriera de la ermita de la iglesia de la Aurora del barrio de Fátima, el mural cerámico de Miralbaida y el que preside la farmacia de Campo Santo de los Mártires, son obra del artista Tomás Egea Azcona (Madrid, 1993), afincado en Córdoba desde 1958 y a quién se rinde homenaje desde ayer con una exposición en la sala Vimcorsa, organizada por la delegación municipal de Cultura. Con esta muestra, Córdoba recupera parte del universo artístico de este creador, fallecido hace apenas tres meses, justo cuando preparaba esta exposición junto a su comisario, Jesús Alcaide, que ayer, durante la presentación de la muestra, aseguró que «se ha hecho tal y como él quería».

Pero más allá de la recuperación de su obra, esta exposición pretende poner en valor la figura de este artista, «ligado desde los años 50 al proyecto de la modernidad en Córdoba» al vincularse desde su llegada a la ciudad a Carlos Castilla del Pino, Rafael de la Hoz y al Equipo 57, con cuyos miembros también coincidió en París. «Nunca se había reivindicado que la figura de Tomás Egea llevó más allá el legado de este colectivo», subrayó Alcaide, que resaltó que una de las obras expuestas en Vimcorsa, una reproducción de la trama geométrica de la urbanización Eurosol de Torremolinos, la realizó cuando Equipo 57 también trabajaba esas figuras, «lo que significa que estaban retroalimentándose unos a otros». «Egea empezó dibujando y acabó dibujando», pero en paralelo aplicaba sus ilustraciones a la arquitectura, la pintura -una faceta que nunca se le ha reconocido y de la que la exposición da buena muestra- y a la crítica social y política, a la que se le dedican otras dos salas de Vimcorsa.

Para Alcaide, lo más novedoso e importante de esta exposición es «recupear lo que la gente no sabe que hizo», ya que, aunque era muy conocido en los círculos culturales, la gran mayoría de los ciudadanos no lo conoce. Y ahora pueden saberlo todo de este artista versátil y multidisciplinar a través de la selección de 250 piezas que incluyen pintura, maquetas, obra gráfica, logotipos, carteles, productos ya realizados, etcétera.

La exposición se abre con su pintura y las ilustraciones en blanco y negro, su primera etapa, donde se pueden ver cuadros como Gran beata (1966), a la que sigue la relación que tuvo con la arquitectura, sobre todo con Gerardo Olivares y Rafael de la Hoz. En este espacio se muestra, incluso, una proyección de los dibujos que realizó para una conferencia de este último, ahora convertidos en dibujos animados, que da a conocer su relación con esta disciplina y su rechazo a a la burbuja inmobiliaria. La critica social y política ocupan también su espacio en la muestra. «Fue un acérrimo crítico del régimen franquista», algo que se muestra en varias de las obra expuestas, así como sus ilustraciones, entre las que destacan las realizadas en dos álbumes para niños editados para Diario CÓRDOBA sobre Córdoba y sus monumentos y sus pueblos.

Por último, otro espacio de Vimcorsa se dedica a sus carteles --hay que recordar que la imagen de la Feria de Nuestra Señora de la Salud 2018 se ha inspirado en uno de ellos--, para acabar con sus mosaicos y murales cerámicos. Durante la presentación de la exposición, de la que podrá disfrutarse hasta el 26 de agosto, el delegado municipal de Cultura, David Luque, destacó «que se ha convertido en una exposición homenaje, pero no ha perdido ninguno de los matices con los que se concibió antes de la muerte de Egea», cuya obra forma parte de «nuestro imaginario» y que «ahora queremos poner en valor» a través de su obra en sus múltiples disciplinas.