La conservación y la arqueología como "ciencia básica y fundamental" para completar otras potencialidades del conjunto arqueológico de Medina Azahara fueron ayer dos de los argumentos que se desarrollaron durante el congreso internacional que se celebra hasta el sábado en Córdoba en torno a este yacimiento, con la intención de impulsar su candidatura a Patrimonio de la Humanidad. En su historia y recuperación centró su ponencia el director de Medina Azahara, José Escudero. Durante su intervención, en la que hizo un recorrido por el pasado de los restos arqueológicos, también reflexionó sobre el futuro del yacimiento, principalmente desde el punto de vista de la conservación. En este sentido, el director reclamó la elaboración de un mapa de deterioro "para saber por dónde tenemos que seguir trabajando", anunciando que los trabajos en el Salón Rico pueden acabar "pronto". "Estamos más cerca de poder visitarlo", señaló Escudero, que también habló de una futura conexión entre la sede institucional del yacimiento y los restos arqueológicos, "una estrategia que engloba varios proyectos y en la que tiene que haber una investigación muy importante". "El patrimonio histórico, y más aún el patrimonio arqueológico, es la suma de nuestras acciones sobre los restos materiales del pasado", continuó Escudero, que añadió que, en el caso de Medina Azahara, "esto es, si cabe, más evidente, porque lo que hoy ofrecemos a la sociedad es una realidad material fascinante sabiamente intervenida durante décadas. La historia de su recuperación es también la historia de nuestro compromiso, como ciudadanos, con este patrimonio histórico".

SINGULARIDADES Por otro lado, el catedrático de Arqueología de la UCO Carlos Márquez Moreno defendió esta disciplina como una ciencia que puede ayudar a completar las potencialidades del yacimiento, poniendo como ejemplo los casos de Tarragona y Mérida, en los que la creación de sendos institutos de investigación "ha permitido que esas ciudades fuesen nombradas Patrimonio de la Humanidad", mostrándose "convencido" de que Medina Azahara tiene valores para alcanzar ese título.

Por último, José Ramón Menéndez de Luarca, arquitecto y redactor del formulario para la presentación de la candidatura de Medina Azahara a la Lista Representativa de la Unesco, realizó un recorrido por la historia de la dinastía Omeya, esencial para entender la síntesis cultural entre Oriente y Occidente, que tuvo su máximo exponente material en la Mezquita y que hizo posible también el nacimiento de Medina Azahara.

En este sentido, el experto explicó que Medina Azahara constituye una ciudad de nueva planta donde se conjugan dos objetivos de esta cultura: el ansia por el disfrute de los espacios libres y la búsqueda de la densidad urbana. Asimismo, Menéndez de Luarca subrayó que en su condición de yacimiento arqueológico urbano de la cultura árabe islámica en el ámbito europeo, el yacimiento cordobés corresponde a una categoría específica no representada en la Lista de Patrimonio Mundial y que, aún ampliando el análisis comparativo a otras categorías próximas, presenta unas características de singularidad que la distinguen claramente de los bienes ya representados. Tras las ponencias, los participantes en el congreso hicieron una visita guiada al yacimiento y, por la tarde, a la Mezquita.