Woody Allen inició ayer el rodaje de su nueva película en plena parte vieja de San Sebastián, que se ha convertido en la primera localización donostiarra del último trabajo del cineasta neoyorquino. El director bajó de su coche en esa calle del casco antiguo donostiarra sobre las 12.00 horas, único momento en el que se pudo ver al realizador, ya que el rodaje estuvo acotado por biombos que han impedido a los curiosos conocer la escena que se filmaba. Protagonizada por Christoph Waltz y Elena Anaya, la película, que carece todavía de título oficial, es una comedia romántica con el Festival de Cine de San Sebastián de fondo.