Si nacías mujer en el siglo XV, como Beatriz Galindo, lo más probable era que terminaras en un convento. Había que destacar mucho para romper un rol que te asignaban desde que nacías. Beatriz Galindo superó barreras por sus grandes capacidades en el latín y el griego. Esto la llevó a ser profesora de cinco reinas. Clara Campoamor, elegida diputada en 1931, fue una de las grandes pioneras en España de la defensa del sufragio universal y de la reivindicación de la igualdad de derechos. Son dos nombres que se conocen en nuestra historia, aunque no tuvieron nada fácil llegar donde llegaron, como le sucedió a otras veinte mujeres admirables que se recogen en el libro Pioneras, de Espido Freire. Ahora que se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la editorial Anaya presenta una serie de publicaciones que inciden en la importancia de la educación para acabar con el desequilibrio entre sexos que se perpetúa en la sociedad, desde la brecha salarial, a las dificultades que tiene la mujer para acceder a algunas profesiones o a los altos cargos de dirección de la empresa o el drama de la violencia de género. Solo hay que mirar a algunos datos para comprobar en Córdoba las consecuencias de esa desigualdad. Atendiendo al menor salario que reciben, las mujeres suelen trabajar gratis hasta el 25 de marzo, es decir, es como si un día a la semana no percibieran nada en su empleo. El problema, además, se acrecienta con la edad. Las limitaciones por razón de sexo también se producen cuando quieren ser madres. Un informe de UGT presentado esta semana en Córdoba decía que de 100 mujeres que quieren ser madres, 3 son despedidas, 7 renuncian al empleo y 35 solicitan reducción de sueldo y salario. Son realidades que solo se superan con educación y reivindicación. El libro Como tú busca concienciar desde las aulas sobre la necesidad de acabar con las barreras que se mantienen. Aquí son 20 autores los que cuentan historias comprometidas con la igualdad. «La igualdad se conseguirá en las aulas o no se conseguirá», dice el prólogo, al mismo tiempo que muestra su deseo de que un día «lo más cercano» resulte innecesario este libro. Pero, la realidad sigue siendo aún muy dura. «Igual que tú, tiemblo. Ya no puedo llorar», es uno de los versos de Elena Medel que aparece en una historia de Ledicia Costas en la que una joven ve vulnerada su intimidad al difundir su compañero una imagen de ella desnuda en las redes sociales. Todos los relatos están ilustrados.

En Mujeres de la cultura, Rosa Huertas se adentra en la vida de diez grandes mujeres de la historia de España, desde la pintora María Blanchard a la escritora María Zambrano, pasando por otras como Clara Campoamor, Elena Fortún, María Moliner o Emilia Pardo Bazán. Rosa Huertas va relatando las vivencias e importancia de estas mujeres con un lenguaje claro para acercar a los más jóvenes a la lectura. «Ven, te invito a visitar una exposición. Veremos los cuadros pintados por una mujer excepcional, se llamaba María Blanchard y su obra está a la altura de otros grandes y conocidos pintores como Pablo Picasso o Diego Rivera», cuenta en el primer relato. Cada uno de los textos, que están ilustrados por un retrato de las protagonistas realizado por Eugenia Ábalos, culmina con una breve biografía. En las distintas trayectorias se irán conociendo por qué fueron importantes estas mujeres de finales del siglo XIX y principios del XX, qué fue lo más difícil para ellas y cómo con talento y esfuerzo fueron superando las complicaciones. La autora incluye al final una serie de frases de cada una de las mujeres glosadas. Ahí aparece una de las más elocuentes de Clara Campoamor, en la que transmitía la desigualdad que existía en España: «Las mujeres trabajan, estudian, pagan impuestos, sufren las consecuencias de lo que el Parlamento aprueba. La cámara votada por un solo sexo no es representativa. Olvida a la mitad de la población». Y no falta otra conocida de Emilia Pardo Bazán: «Hay que cambiar el mundo de las mujeres. Si mi nombre fuera Emilio, en lugar de Emilia, ¡qué distinta habría sido mi vida!».