Cuando Isabel le contó a su abuela, de 88 años, que había conseguido un trabajo, esta esbozó una sonrisa. "Pero cuando le dije donde era, lo primero que me dijo fue que no me echase un novio fuera porque si no, no volvería".

No hemos preguntado a Isabel si se ha echado novio desde entonces, pero a pocos meses de cumplir su primer año en el Reino Unido, no parece irle mal en su empleo, según nos cuenta.

Isabel Márquez Sillero, natural de Montalbán, es doctora en Química Analítica por la Universidad de Córdoba. Hizo su tesis doctoral en el departamento de Química Analítica en el grupo FQM-215, bajo la dirección de los catedráticos Miguel Valcárcel y Soledad Cárdenas. Su currículum se completa con un Máster en Química Fina, que realizó las licenciarse en Ciencias Químicas por la UCO en el 2008.

"Cuando terminé mi tesis, no tuve la oportunidad de continuar trabajando en investigación en España. Tenía trabajo pero no relacionado con la investigación, que era lo que quería hacer. Así que tras varios meses de búsqueda fallida en España, abrí el abanico de posibilidades al extranjero y aquí me encuentro".

Aquí es Cambridge, la ciudad universitaria por excelencia en Inglaterra. Y la empresa donde trabaja nuestra cordobesa es Owlstone, una spin-off de la Universidad de Cambridge. "Mi trabajo consiste en el desarrollo de nuevas aplicaciones", explica Isabel. Las investigaciones que se realizan en Owlstone repercuten en una gran variedad de ámbitos, desde defensa a la industria del petróleo, pasando por la sanidad o la alimentación.

UN DÍA DE TRABAJO

"La jornada laboral es muy flexible aquí, por ejemplo, si quieres ir al gimnasio a media mañana, ¡no hay problema!", cuenta Isabel. "Los viernes --continúa-- la empresa organiza free lunch (almuerzos gratuitos) y, de vez cuando, también parties, lo que ayuda mucho a socializar entre los trabajadores".

Entre semana, Isabel suele pasear, correr o leer en uno de los numerosos parques. Precisamente los parques es algo que le encanta de Cambridge. "Me encanta su río con sus puentes y lleno de cisnes, son preciosos".

UNA GENTE "MUY AGRADABLE"

"Y también me gusta su gente, son muy agradables, muy educados, siempre tienen buenas palabras, un thank you, please…"

Los fines de semana, Isabel aprovecha para conocer los alrededores de la ciudad y la región donde se encuentra. "Si algún amigo o mi familia viniese a Cambridge --nos explica--, los llevaría a visitar el centro de la ciudad, a pasear entre los colleges y visitar alguno, como el King college o el St John. También iríamos a tomar una cerveza en el Eagle, que es el pub en que se hizo público el descubrimiento del ADN, o a hacer picnic en algún parque, visitar la catedral de Ely o tomar un té en Grandchester".

Aunque Cambridge tiene pocas cosas en común con Córdoba, a Isabel, "el ambiente de estudiantes me recuerda a mis años de estudio en Córdoba".

La nostalgia hace que también el río Cam --Cambridge significa literalmente puente sobre el Cam-- y sus puentes le recuerden al paso del Guadalquivir por Córdoba. "Eso sí, la mayor diferencia con Córdoba es la temperatura, sobre todo en verano", señala.

Por otro lado, la vida en el Reino Unido es más cara que en España, en todos los aspectos, vivienda, alimentación, transporte, cine. "Pero también los salarios aquí son más altos", matiza Isabel.

COMER EN EL EXTRANJERO

Luego está la comida, que es algo que cuando un cordobés sale fuera suele echar bastante de menos. "Aquí no saben lo que es un salmorejo, un gazpacho o un buen guiso. Pero se comen sus garbanzos a su manera", dice con ironía la cordobesa. "Aquí es muy típico el famoso fish and chips --añade--. Pero tienen unas cakes muy buenas".

Aunque más que la comida española, lo que echa de menos Isabel es comer en familia, en casa. "En Córdoba, a las dos en punto comemos todos juntos la mayoría de los días. Eso es lo que echo de menos más que la comida Española. De vez en cuando mi madre me envía un paquete con jamón, caña de lomo y unos roscos de vino de mi pueblo".

Quizá pronto esta cordobesa pueda disfrutar de esos pequeños placeres que le reserva el terruño, pero por ahora, su sitio está donde está el trabajo. Aunque Isabel tiene claro que volverá: "Esta etapa de mi vida no tiene fecha de finalización todavía, pero algún día volveré. Por supuesto".