Los vecinos de Villafranca de Córdoba vivieron ayer uno de los días más esperados del calendario mariano: la llegada de su patrona, Nuestra Señora de Los Remedios, a la iglesia parroquial de Santa Marina de Aguas Santas, situada en el centro del pueblo. La imagen fue trasladada por los hermanos en unas parihuelas tras la celebración de una misa en su ermita, situada en el antiguo camino de Córdoba. El párroco y consiliario de la hermandad, Manuel Roldán, encargado de oficiar la eucaristía, invitó a los villafranqueños a "seguir unidos por la senda de la fe para poder seguir alimentando el amor a María". Posteriormente, y con un calor de justicia, cuando ya caía la tarde, los fieles se disponían a emprender el camino hacia el pueblo en compañía de su protectora, que este año conmemora el 25 aniversario de su coronación canónica.

La banda de tambores y cornetas, que lleva el nombre de la patrona, abría el cortejo, así como un pequeño grupo de niños que portaban luminarias artesanales elaboradas por sus padres con cáscaras de sandía. Esta tradición se sigue manteniendo a pesar del paso de los años. Cientos de devotos acompañaban a la Virgen de los Remedios en un recorrido sobre asfalto.

Los hermanos mayores, los cargos directivos de la hermandad y hermanos de la misma iban delante de la Virgen y les precedían los cargos públicos, civiles y militares. Una vez que la Virgen llegó a la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas no faltaron los cantos y las alabanzas de alegría hacia la protectora del pueblo. En los próximos días se celebrará también la ofrenda floral, que es un acto de agradecimiento de los vecinos por los favores recibidos a lo largo del año.